Después de 24 horas sin noticias de José Miguel Santos, la angustia, la incertidumbre y los nervios se apoderaron de los familiares de José Miguel Santos, desaparecido tras la explosión de un depósito de hexano en la empresa Industrias Oleícolas Sierra de Gata, S.A.

Una prima del joven y varios familiares más se acercaron a las instalaciones con la intención de obtener datos ante tanta incertidumbre, pero el cordón policial impidió su acceso. Entonces comenzaron las escenas de dolor, los abrazos y el llanto.

"Sabíamos que esto iba a pasar. Él (José Miguel) sabía que iba a morir dentro", manifestaron los familiares a los numerosos medios de comunicación desplazados al lugar.

Con paso firme y sin detenerse, fueron seguidos durante minutos por los periodistas, que les preguntaron si habían denunciado la situación en que se encontraban las instalaciones de la empresa siniestrada.

"Los propietarios lo sabían porque se lo habían dicho los empleados", indicaron los familiares a los medios de comunicación.

Pese a que a efectos oficiales, José Miguel Santos se encuentra desaparecido, sus familiares siempre hablaron en pasado y le consideran una víctima más que se uniría a Valentín Parra, de 58 años de edad, y Alberto Lozano, de 88, que ya han sido hallados muertos.