El toro de la madrugada, de nombre Pingoncito y de la ganadería de María del Carmen Valiente, tuvo que ser sustiuido por un sobrero después de que se rompiera el pitón derecho al salir al albero de la Plaza de España. Pingoncito protagonizó un encierro rápido y limpio, pero al dañarse el pitón al salir de los corralones  la organización tuvo que optar por soltar otro astado de la ganadería local de Jara del Retamar.

Afortunadamente, el festejo concluyó cerca de las siete de la mañana sin heridos por asta de toro, según la información oficial facilitada a Radio Interior.

 Se da la circunstancia de que Pingoncito tampoco figuraba en el programa oficial de San Juan 2011, pero en la mañana de ayer la organización informaba a Radio Interior de que el astado previsto, de nombre Botijero y de la ganadería salmantina de Rollanejo, no saldría de madrugada en el encierro debido a  varias heridas que presentaba el animal en los cuartos traseros tras una pelea con otro astado en el campo. De esta manera, el abanderado, Ignacio Perianes, tenía que trasladarse en la mañana de ayer a la finca de la ganadera María del Carmen Valiente para elegir un nuevo astado, de nombre Pingoncito.

En principio, Pingoncito se soltó esta pasada madrugada en el encierro que fue rápido, limpio y presenciado por una multitud que se congregó en una noche calurosa en Coria. El astado, marcado con el número 20 y guarismo 7, fue definido por el propio Perianes como  como "fuerte y alto de pitones". El ganadero, Alberto Manuel Hornos, explicó antes de su salida al encierro que se trataba de un astado procedencia Núñez Domeq, negro, bragao, meano, jirón y coletero.

SOBRERO DE JARA DEL RETAMAR

Los problemas surgieron cuando el morlaco salió al albero y se dañó seriamente el pitón derecho. La organización decidió con celeridad sustiuir el astado por un sobrero de la ganadería local de Jara del Retamar que pisó el albero en torno a las cuatro de la madrugada.

Fue un astato  berrendo que dio juego en los treinta minutos de lidia en la plaza, hubo muchos recortadores que consiguieron levantar la ovación del público con sus piruetas y ajustados quites. De hecho, el popular recortador Fernando Parada dejó a los aficionados boquiabiertos con un peligroso recorte que dejo al joven a escasos centímetros del peligroso astado.

Como está sucediendo con el resto de toros que hasta el momento han salido al casco histórico, el sobrero eligió la calle de Las Monjas para salir a recorrer el recinto amurallado y se emplazó en la zona de la Catedral donde moría, bajo la atenta mirada de cientos de aficionados,  en torno a las siete de la mañana de un disparo certero.