El Ministerio de Sanidad y Política Social, en base a los datos facilitados por los servicios epidemiológicos de las comunidades autónomas, ha confirmado oficialmente siete muertes por ola de calor en lo que va de verano: dos en Extremadura, una en Galicia y cuatro en Andalucía.

La última muerte confirmada a Sanidad por una comunidad autónoma ha sido la de un hombre de 38 años fallecido el domingo en Sevilla por un golpe de calor, tras haber ingresado el pasado miércoles, 25 de agosto, en el Hospital Virgen de la Macarena después de una exposición prolongada al sol.  

Con el último fallecimiento según datos del ministerio -el único que se habría registrado en el mes de agosto- serían siete las muertes por ola de calor confirmadas por Sanidad, cuando quedan sólo 15 días para que finalice el Plan nacional para prevenir los efectos de las altas temperaturas sobre la salud. Así, si se mantienen las cifras, el verano de 2010 habría registrado sólo una muerte más que el de 2009.

   El primer fallecido por ola de calor del verano 2010 se produjo el pasado 8 de julio y fue un joven portugués de 24 años, que trabajaba en Villar del Rey (Badajoz) y se notó indispuesto mientras jugaba al fútbol. Ese mismo día se conoció la segunda víctima, una mujer de 55 años de Sevilla.

   Un día después, el 9 de julio, falleció un anciano de 88 años residente en Cáceres, también a consecuencia de las altas temperaturas.

   El cuarto fallecimiento se registró el 11 de julio, el de un hombre de 73 años que murió en el Hospital Comarcal San Agustín de Linares (Jaén).

   El 24 de julio, los resultados de la autopsia confirmaron que el niño de nacionalidad alemana de cinco años de edad que había desaparecido en Espiel (Córdoba) falleció como consecuencia de un fallo multiorgánico derivado, a su vez, de un golpe de calor o una fuerte deshidratación.

   El 28 de julio, en Coirós (A Coruña), un joven de 19 años falleció después de haber estado trabajando durante todo el día en las obras de construcción de unas viviendas.

     El golpe de calor es un síndrome grave que se produce por un fallo de la termorregulación. La exposición a altas temperaturas y la población con mayor riesgo de padecer situaciones de este tipo son los ancianos, los niños, los enfermos crónicos y quienes realicen esfuerzos físicos al aire libre durante las horas de más calor.