Los astados del ganadero local Antonio Román Chaparro han generado tensión en el cuarto encierro de San Buenaventura al protagonizar el encierro más largo de las fiestas con tres minutos y 11 segundos. Las reses han recorrido las calles del centro de Moraleja con velocidad pero se han demorado en la entrada a los toriles.

Han sido tres novillos, dos negros y el colorao, los que se han resistido para entrar en los chiqueros y han retrasado el encierro hasta pasados los tres minutos. Incluso algunos de los astados han arremetido contra los barrotes y la zona del burladero y han generado tensión entre el público.

Desde el primer momento, al inicio de la carrera, uno de los novillos cogió velocidad en la Avenida Virgen de la Vega y adelantó al primer manso que encabezaba la manada. Este mismo astado fue derrotando a su derecha durante algunos metros arremetiendo a todo lo que se movía a su alrededor y fue la res que dirigió al resto de la manada.

Uno de los toros cayó al suelo en la curva de Colón pero pudo levantarse con rapidez y seguir a la manada para desembocar en la plaza de los Toros. Ya en la plaza los pastores y varios aficionados se tuvieron que emplear a fondo para intentar que el ganado entrase a los toriles y siguira al interior de los corrales a los mansos.