El director del Festival de Teatro de Mérida, Francisco Suárez, ha presentado en la capital portuguesa la 55 edición del certamen, que arranca el sábado con una programación caracterizada por obras clásicas escenificadas con "visión actual".

Suárez destacó que esa mezcla es una de la señas de identidad del certamen, junto a la presentación de conocidas figuras de la escena internacional y española que en varios casos desarrollan sus trabajos a petición del festival.

El fuego domina además la estética de la edición de este año y según su director es una imagen para transmitir la idea de que surge algo nuevo: "la metáfora es que se quema el teatro para que nazca otro", explica.

Tras 75 años de existencia y varios formatos, el festival se ha afincado en ofrecer una visión "contemporánea del teatro clásico grecolatino" en la que su actual director siente que reside una de sus principales aportaciones a la escena española y europea y la que mejor le ha caracterizado desde su nacimiento.

"En Mérida abrimos también un espacio para la creación a los grandes directores europeos, incluyendo los de España", agrega Suárez que destaca los "encargos" de representaciones que hace el certamen.

Entre las obras de este año, que se prolongan hasta el 30 de agosto, están una trilogía de Edipo a cargo del francés Georges Lavaudant y Medea dirigida por el esloveno Tomaz Pandur.

De directores españoles se representa Tito Andronico, de Shakespeare, puesto en escena por Animalario y Andrés Lima, y una Fedra flamenca en danza-teatro dirigida por Miguel Narros con música de Enrique Morente.

Suárez resalta que la fusión del trabajo de grandes creadores actuales, con la fuerza y la vigencia atemporal del teatro clásico y el escenario del imponente teatro romano de Mérida en el que se representan forman una mezcla artística única que impacta al público.

La fuerte personalidad del festival extremeño asoma también a través de los espectáculos y actividades que exhibe alrededor de su programación central, que este año incluyen a la Orquesta de Extremadura, el ballet de Angel Corella y varias actividades paralelas, como los espectáculos infantiles y el teatro de calle.

Su gala de apertura con el "Rapto de Proserpina", basada en Los Fastos de Ovidio recreados por la compañía castellonense Xarxa Teatre, resume desde el primer día la propuesta cultural del Festival de Mérida, que invita a hacer una reflexión de los problemas contemporáneos a través de textos clásicos.

El director del certamen defiende la vigencia permanente de esa propuesta, que permite apreciar la modernidad de Medea, la actualidad de las intrigas políticas del Tito Andrónico, o el desenfado y promiscuidad mediterránea del Satiricón de Petronio, que saldrá a la calle con la compañía Guirigai.

El festival tiene este año un presupuesto de 3,5 millones de euros de los que 1,4 provienen de los ingresos previstos de taquilla, dentro del objetivo general que le anima, que es, según puntualiza su responsable, "promover la cultura y el teatro público, no ganar dinero".