La Asociación Juventud Estudiante Católica (JEC) manifestó hoy, con motivo de la celebración mañana de Santo Tomás de Aquino, patrón de los estudiantes, que "en pleno siglo XXI", la "enseñanza sigue siendo el privilegio de unos pocos, y la dificultad del acceso al saber uno de los abismos que separan Norte y Sur y perpetúan la injusticia, la pobreza y la opresión".

 

A través de un comunicado difundido por el Obispado Coria-Cáceres consideran que "los constantes cambios de leyes estatales de educación son muestra de la decepción general ante tantas expectativas de la comunidad educativa y la sociedad, haciendo depender los procesos formativos de un continuo vaivén coyuntural".

 Por ello creen que "las actuales reformas parecen desarrollarse más en la forma que en los contenidos, responder más a las demandas del mercado y a la progresiva tecnificación de la vida y la ciencia que a las verdaderas necesidades de la sociedad, especialmente de los sectores más desfavorecidos de la misma".

 "Mientras tanto, los estudiantes sufren las consecuencias de la inestabilidad, de la presión ante un futuro incierto, y de la ausencia de una formación integral al alcance de todos", continúa el comunicado que apunta que "algunas de las recientes movilizaciones de estos alumnos nos hacen sentir que se ha activado la voz de alarma ante las arenas movedizas de un sistema educativo convulsionado". Ante esta realidad, los jóvenes de la JEC afirman que "la educación es un derecho universal que debe orientarse al desarrollo integral de la persona, capacitándola para realizar libremente su vocación primera: su protagonismo y compromiso en la construcción de la sociedad en la que vive".

 Además, mantienen que "la educación debe ocupar el lugar prioritario que merece en las preocupaciones de los ciudadanos y de sus representantes políticos" por lo que entienden que "sólo arbitrando un consenso que ponga en el centro la formación integral de la persona, aspirando a la unidad del saber frente a la fragmentación del conocimiento, podrán habilitarse medios eficaces para consolidar la ambiciosa reforma educativa que necesitamos".

 Otro apartado del comunicado asevera que "las instituciones educativas no pueden ser una isla en medio de la sociedad actual. Sólo estarán realizando su misión en la medida en que sean capaces de apostar por las verdaderas necesidades de la sociedad, atendiendo al grito de las realidades más sangrantes de injusticia y desigualdad de nuestro mundo".      "El saber y el estudio pueden y deben ponerse al servicio de la comunidad local, nacional e internacional, desde un compromiso estudiantil que no mire sólo el beneficio particular de quien estudia, sino también el para quién se estudia. Alentamos la promoción de una cultura de la solidaridad, de la participación y de la justicia social, que fomente una ciudadanía activa, fraterna y responsable", añade la nota.

 Finalmente, entienden que "toda reforma de la enseñanza es hoy ineficaz si no está unida a una revolución total, económica, política y cultural. No se puede reformar la escuela sin recrear la civilización y no se puede reformar la civilización sin recrear la escuela" (Jean Lacroix). Por todo ello consideran que desde la JEC siguen, "hoy como ayer, trabajando por una escuela que sea semilla de cambio para el mundo".