Siete años después de haberlo anunciado, el instituto de San Miguel abrió ayer sus puertas para los alumnos de la zona sur de la ciudad y pueblos cercanos. Pero lo hizo entre críticas, del PP, que ha denunciado "graves deficiencias" de seguridad y se ha hecho eco de las quejas de varios padres sobre los accesos.

Las críticas vienen a empañar, sin embargo, la imagen de un centro puntero, pues será el único de la región en contar con ordenadores portátiles para alumnos y profesores, equipos que comenzarán a llegar el martes, indicó el director del centro.

Pero la esperada apertura del curso –con continuos retrasos desde que la Junta lo prometiera en el 2001 y cuyas obras no comenzaron hasta el 2006– se ha topado con la denuncia del PP sobre tres puntos: "La imposibilidad de acceder al centro vehículos de emergencias, la falta de pasos de cebra junto al recinto y de apeaderos para los autocares de los alumnos foráneos". Esto, sumado a su proximidad con la carretera que da acceso a la autovía, "hace del acceso al centro un foco de peligros", advierte su portavoz, Miguel Cantero.

Además, Cantero hizo hincapié ayer en que la estrechez de las cancelas de acceso, la falta de altura y la inexistencia de puertas correderas hacen imposible la entrada de ambulancias o coches de bomberos, lo que en caso de una situación de emergencia "lo convertiría en una ratonera", asegura el portavoz.

Por eso, pone en duda que exista un plan de emergencias que habría detectado los fallos e insiste: "A este despropósito de la Junta se una la falta de pasos de cebra –competencia municipal– por lo que los alumnos cruzan la calle como pueden" y avisa también del mal estado de la salida a la autovía. La Junta no respondió ayer a estas críticas.