Los controles urbanos de alcoholemia reforzados este mes por la policía local ya han supuesto la detención de dos conductores por presuntos delitos contra la seguridad del tráfico. Otros seis también dieron positivo, pero no superaron el límite de 0,66 a partir del cual se considera delito por lo que fueron multados e inmovilizados los vehículos.

Sin embargo, los dos detenidos se exponen, incluso, a la retirada del permiso de conducir y a acabar en prisión si son reincidentes porque su detención genera antecedentes penales. El alcalde en funciones, Francisco Barbancho, ha querido desvelar este dato para que sirva como aviso a los conductores, ya que la orden dada por el gobierno municipal es que la policía local haga controles por sorpresa en cualquier punto y de madrugada principalmente los fines de semana y vísperas de festivos.

El ayuntamiento ha endurecido los controles de vehículos con el ánimo de que sean tan efectivos como los del uso del casco en los ciclomotores. Según fuentes policiales, han servido para que la mayoría de los jóvenes moteros los lleven puestos y no de decoración colgados del brazo. No obstante, apelan a la responsabilidad de los padres en el caso de que los conductores sean menores como medida preventiva.

Antes de irse de vacaciones, el concejal de Tráfico, Francisco Martín, insistió en hacer un llamamiento a los conductores para que no consuman alcohol si van a ponerse al volante. Pero las medidas de prevención ya han dado paso a los controles policiales y el ayuntamiento ha querido incidir en el aviso de que los controles de alcoholemia han empezado a ser constantes. "Porque no se trata de pillar a nadie ni, por supuesto, es una medida recaudatoria, sino de absoluta prevención de accidentes", señaló.

Mientras tanto, policías y técnicos municipales van a asistir a un curso para aprender el manejo del sonómetro recién adquirido por el ayuntamiento y el ayuntamiento confía en poder realizar esos otros controles lo antes posible.