El encierro de seis novillos de la afamada ganadería de Miura celebrado hoy en Moraleja se ha completado con dos minutos y veinticuatro segundos. Los astados dejaron un herido grave con luxación en el hombro derecho y otros dos heridos leves.

Los Miura estuvieron dirigidos durante el recorrido por cuatro bueyes del ganadero local Enrique Serrano. La carrera comenzó con velocidad en los primeros metros de la calle Juan Bodón Lucio y la Avenida Virgen de la Vega aunque el encierro se demoró más de lo previsto cuando los novillos se dieron la vuelta en la plaza de Colón. Varios astados arremetieron contra el valado y dejaron momentos de tensión, especialmente para cuatro aficionados que se refugiaron en el portal del número 3 de la plaza Colón y separados tan sólo del astado por una simple y endeble verja. Afortunadamente el animal desistió en el intentó y retomó la carrera hacia la plaza de los toros.

El mayor susto se produjo ya en el interior de la plaza, un joven vecino de Moraleja, A. R. M., fue levantado por alto por uno de los novillos aunque no se produjo ninguna herida por asta de toro. En la caída, el mozo se dio un fuerte golpe y presenta luxación en el hombro derecho sin descartar fráctura de cuello de humero. Fue asistido en la enfermería y trasladado al Hospital Ciudad de Coria.

También pasaron por la enfermería dos vecinos de Coria. J. P. P. con luxación en el dedo quinto de la mano derecha, en el metacarpo falange proximal del dedo tercero de la mano izquierda y con un varetazo en la región inguinal izquierda.

El otro herido leve, es A. R. C., también de Coria y miembro de Cruz Roja que presenta contusión en ambos brazos tras rescatar a un corredor en el recinto del encierro.

Como anécdota, el encierro se inició con cuatro minutos de retraso, a las 13.04, porque la organización no encontraba la llave de uno de los candados de la puerta de los corrales y fue necesario abrirlo a martillazos.