El puente por el día festivo de San Juan y la Eurocopa han jugado en contra del ambiente en el ferial de Caya, que, no obstante, ha recuperado público en la recta final de la feria y deja que los hosteleros vean la botella medio llena cuando hacen balance de los diez días de fiesta.

La mayoría de los hosteleros consultados ayer por este diario coincidían en que la crisis se ha notado en sus cajas, que han ingresado de un 20 a un 25% menos que en el 2007. Es el caso de Víctor Pérez, de la caseta Cinco Gatos. "Este año se ha apurado mucho el botellón y la gente ha venido más tarde a las casetas", comentó.

Rogelio Villanueva, encargado de la caseta del PP, coincidió con él. "El martes, por el fútbol, la feria nos costó dinero a nosotros", puso como ejemplo. No obstante, reconoció que este último viernes ha sido un buen día y "nos hemos medio salvado". Ayer por la noche también preveían gran afluencia.

Para Raúl Gómez, de Granja El Cruce, el primer fin de semana de feria "quizás hubo menos consumo", pero este último "ha estado un poquito mejor que el segundo del año pasado". Al mediodía su caseta no se ha resentido y han servido 400 comidas diarias. Blas Hernández, encargado de la caseta municipal, señaló que para los hosteleros "la feria empezó el lunes", porque el primer fin de semana "con el puente y el fútbol fue muy flojo". Asegura que, aunque ha servido unas 500 comidas al día, ha notado que los clientes vigilan su economía. "El año pasado por estas mismas fechas yo había gastado el doble de bebidas", puso como ejemplo.

Algunos caseteros apuntaron que en el descenso del volumen de negocio también influyen las condiciones del ferial, especialmente al mediodía. Por ello, platearon la necesidad de que se instalen fuentes, zonas verdes y toldos que den al recinto una imagen "agradable" y no la de un erial.

Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Empresarios del Casco Antiguo, Miguel Angel Moreno, se mostró satisfecho con el resultado "general" de la Feria de Día y dijo que el volumen de negocio no se ha reducido más de un 15 o 20%. "Sobre todo se nota en las comidas. La gente ahora llega más tarde, pero se quedan a tomar las copas", apuntó. El sofocante calor de ayer (a las 15.45 el termómetro de Juan Carlos I marcaba 41º) no impidió que los bares y terrazas se llenaran, especialmente en las calles interiores. En la plaza de España y San Juan se echaron de menos los toldos.

La policía local informó de que la noche del viernes no hubo incidentes. Cruz Roja atendió a 15 personas por cortes y picaduras.