En el mercado franco del pasado miércoles no había otro comentario. El traslado de esta cita a un lugar más amplio y accesible en los próximos años, anunciado el martes por el ayuntamiento, centró las conversaciones y generó rumores dispares, porque muchos ya daban por seguro el ferial y hasta el Cuartillo cuando ni siquiera se han estudiado las posibles ubicaciones. Un sondeo realizado por este diario entre comerciantes, clientes, vecinos y dueños de negocios situados en la zona desvela que la mayoría, aunque no lo desean, comprenden la necesidad de trasladar el mercado a otro espacio más adecuado y seguro. Pero son unánimes a la hora de poner las condiciones: debe estar lo más céntrico posible, con aparcamientos y bien comunicado para que el ama de casa pueda seguir acudiendo con su carro.

La Ronda de la Pizarra se ha quedado pequeña diez años después de que el mercado se trasladara a esta zona, porque a su alrededor han proliferado urbanizaciones y apenas hay espacio para los vehículos que acompañan a los 520 puestos. Los vecinos, cansados de las molestias, han emprendido una campaña para que cambie de ubicación. "Hablamos del mejor mercadillo de Extremadura, eso lo sabemos todos los vendedores, por tanto hay que buscar un buen sitio, pero cuidado con llevarlo lejos y espantar a la clientela, podría perjudicarnos a todos, comerciantes y usuarios", explicó el joven dueño de un puesto de zapatos.

 

"UN LUGAR PARA IR A PIE" Muchos temen que la nueva ubicación esté lejana, solo accesible en coche. "Por más autobuses que pusieran, la gente no iría, no está acostumbrada. Debería ser un lugar donde uno pudiera llegar andando a comprar o a dar una vuelta. Así funciona este mercadillo hace décadas", argumentó una clienta habitual. De hecho, un rápido vistazo permite comprobar que la afluencia principal está formada por amas de casa y jóvenes que suelen desplazarse a pie. Además, usuarios y vendedores coinciden en que tendría que ser un emplazamiento definitivo que causara las menores molestias posibles, "para no continuar de mudanza cada diez años".

Y aunque todos los vendedores reconocen que la Ronda de la Pizarra no da para más, los hay más y menos convencidos del traslado. "¿Adónde nos quieren llevar ahora?…Con lo agustito que estamos aquí, que tenemos las mismas clientas hace años y hay bares muy cerca para el agua fresca y otras cosillas…", comentaba una vendedora de textil. "Por lo menos a otro sitio más ancho, que la clientela ya ni se para a ver los vestidos por el embudo que se forma", le contestaban desde el puesto vecino.

Quienes sí están en contra del traslado son algunos vecinos de la zona que anteponen los servicios del mercado a las molestias, y también los dueños de los negocios del entorno, que perderán un buen día de ventas.

Mientras tanto, el ayuntamiento acaba de dar luz verde al plan de seguridad del actual mercado, que pondrá orden en los aparcamientos, mejorará el tránsito con más pasillos centrales y facilitará el acceso de ambulancias, bomberos y policía cuando se haga necesario.