El director de la representación popular de La Pasión de Cristo de Torrecilla de los Ángeles y exalcalde de la localidad, José Luis Bravo Matías, acusó al primer edil, Paulino Gómez, de "demostrar un interés nulo" por este acto, después de que esta Semana Santa no se haya escenificado el montaje después de 21 años de tradición.

"El alcalde se tenía que haber puesto al frente de la representación porque los vecinos le han votado y porque cobra", manifestaron desde la Asociación Amigos de La Pasión.

Asimismo, Bravo Matías acusó a Paulino Gómez de falta de diálogo y de actuar con "orgullo y autosuficiencia" y reiteró que "jamás ha apoyado o ayudado para el éxito de este drama sacro" cuando se presentó a las elecciones, ni cuando fue portavoz de la oposición en el ayuntamiento. "Esto es boicotear y politizar y nadie le reprochó nada", añadió en una nota de prensa la Asociación de La Pasión.

La pasada semana, el alcalde de Torrecilla achacó en Cáceres la suspensión del acto a la "politización" de un evento cultural y festivo que aspira todavía a ser declarado de Interés Turístico Regional, según informó  El Periódico Extremadura.

La representación de La Pasión comenzó hace 22 años, cuando el ayuntamiento era gobernado por el PSOE, y continuó los últimos 20 con el popular José Luis Bravo como alcalde y, además, director de la obra. Gómez ha explicado que Bravo dijo el verano pasado que no iba a continuar como director y comenzaron a escucharse rumores de que se iba a obstaculizar la celebración de esta representación teatral para que echaran las culpas al nuevo Gobierno local.

Desde diciembre, el ayuntamiento ha contactado con la Asociación de Amigos de la Pasión, que está presidida por el que candidato del PP las pasadas elecciones municipales y actual portavoz municipal popular, Oscar Martín, sin que hayan dado una respuesta hasta ahora. La representación, según el alcalde, era interpretada por 150 vecinos del pueblo y a ella asistían alrededor de unas 6.000 personas cada año. Gómez consideró que todo se debe a una estrategia del PP para perjudicar al consistorio.