La anunciada eliminación del impuesto de sucesiones y donaciones en Extremadura empieza a tomar forma para que, salvo las "grandes fortunas", la "gran mayoría de ciudadanos que vienen siendo sujetos pasivos de este impuesto" no tengan que abonarlo, según avanzó ayer el consejero de Administración Pública y Hacienda, Angel Franco.

Esta medida, que afecta a quienes reciben determinados bienes por herencia, ya se anunció el pasado año y estaba incluida en el programa electoral de los socialistas extremeños, pero hasta el momento no se han hecho público los límites de renta que dirimirán quiénes estarán exentos de pagar este impuesto. Lo único que la Junta ha aclarado es que quienes más dinero tienen sí van a seguir afrontando este gravamen, porque "no queremos que por esta vía dejen de tributar las grandes fortunas", declaró Franco. En cualquier caso, apuntó a este periódico que, según sus cálculos, a partir del 1 de enero próximo se beneficiarán más de la mitad de las personas que ahora lo pagan –entre el 60 y el 80%–, comentó, sin atreverse a entrar en detalles.

La Junta prevé realizar una "rebaja sustancial, prácticamente del cien por cien" del impuesto de sucesiones y donaciones de padres a hijos, en el caso de la vivienda habitual, de donaciones metálicas destinadas a su adquisición, o de empresas familiares o agrícolas. La rebaja estará recogida en un proyecto de ley tributaria, que el Gobierno regional prevé presentar en la Asamblea este mismo año. Franco recordó que este impuesto se creó para gravar las grandes fortunas, pero "ahora tiene incidencia en las clases medias de la comunidad", debido, entre otras cosas, a la subida del precio de la vivienda en los últimos años.

Hasta el momento esta rebaja afectaba a las sucesiones –cuando los bienes se transmiten tras el fallecimiento de los padres–, y a partir de ahora también se prevé aplicar en las donaciones, cuando los padres ceden en vida alguna herencia a sus hijos o entre cónyuges.

Se trata de rebajar, reiteró, cualquier tipo de sucesión de padres a hijos "mortis causa", aunque con un límite, de tal forma que este impuesto siga aplicándose a las grandes fortunas.