Los trabajadores de la Residencia Club de Ancianos de Coria, a través de una nota firmada por 30 empleados, manifestaron ayer su más absoluto desacuerdo y enérgico rechazo a las declaraciones de algunos familiares de los residentes que denunciaban que a veces los mayores se encuentran en estado de abandono. "Nos parece excesivo y que falsea la realidad que utilicen la palabra abandono", recoge la nota. "El trabajo asistencial se desarrolla con normalidad, si bien es cierto que esto sucede gracias a nuestro esfuerzo", aseguran.

Los trabajadores aclaran que los residentes se asean, levantan, comen a las horas estipuladas, salvo los días que por situaciones de urgencia o contratiempo ocasional se retrasa la hora de levantarse de algunos ellos. Los controles de salud, análisis, visitas al médico de familia y especialistas son frecuentes, dicen.

"El índice de úlceras por presión es prácticamente cero debido a la gran labor de prevención que se realiza, las habitaciones y los espacios comunes se limpian a diario, la ropa se lava y prepara todos los días", manifiestan.

Por otro lado, reconocen que existen importantes carencias en recursos humanos, materiales e infraestructuras, pero, al mismo tiempo, advierten que hay un excesivo número de mayores asistidos. De hecho, la residencia se abrió para 88 plazas, de las cuales 14 -concertadas con la Junta- eran para asistidos y el resto para válidos, sin embargo, en la actualidad la residencia tiene más de 40 asistidos y el mismo personal, lo que según los trabajadores, "da lugar a un incremento notable de la carga de trabajo físico y psicológico". Reconocen que se han contratado a dos auxiliares de enfermería en algunos turnos, pero "no es suficiente", subrayan.