La familia del preso Francisco Barrado Sánchez, que murió ayer de madrugada a los 53 años, ha presentado una denuncia en el juzgado de guardia para reclamar que se investiguen las causas de su fallecimiento. Dudan de la veracidad del certificado de defunción extendido por un médico del hospital San Pedro de Alcántara en el que consta que murió, a las 2.15 horas de ayer, por un infarto cerebral maligno de la arteria derecha.

La madre del recluso, Valentina Sánchez, asegura que su hijo le dijo antes de morir que le habían propinado una paliza y así lo manifiesta en el escrito de denuncia. "Mamá, me han pegado", esas fueron las palabras que supuestamente utilizó el recluso, según recordó ayer su madre, sin llegar a concretar quién presuntamente le había agredido.

Francisco Barrado, más conocido como Kiko, apareció el viernes en el suelo de su celda del módulo 5 sin conocimiento y los sanitarios del centro penitenciario lo derivaron al hospital, donde le diagnosticaron un infarto cerebral, según confirmó ayer el subdelegado del Gobierno, Fernando Solís. Este aseguró que en el centro penitenciario "no conocen que haya sufrido ningún tipo de agresión, aunque el forense lo dirá en el informe de la autopsia", informa El Periódico Extremadura.

Sin embargo, eso es precisamente lo que reclama la familia, que se le practique la autopsia para que se esclarezcan las causas de la muerte. La familia sostiene que el cuerpo del finado presenta diversos hematomas en el cuello, hombros y tórax. "Nos han dicho que es de un medicamento, pero después de lo que le dijo a su madre no nos lo creemos", asegura la cuñada.

La familia sustenta la versión de la paliza en el hecho de que el hermano pequeño del fallecido había salido presuntamente días antes también de prisión con señales de haber recibido diversos golpes. Francisco Barrado se encontraba de permiso carcelario cuando supuestamente ocurrió esa agresión y al regresar al centro, habría pedido explicaciones sobre lo ocurrido y ese hubiera podido ser el motivo de su supuesta paliza.

Francisco Barrado se pasó más de 30 años de su vida entrando y saliendo de prisión, normalmente por robos. Su última condena cumplía en diciembre. Su funeral será hoy a las diez y media de la mañana. La familia teme que si se entierra nunca se esclarecerá su muerte. La denuncia no ha paralizado los trámites y, según la Subdelegación del Gobierno, no hay indicios de agresión alguna.