La Guardia Civil considera que el asalto al chalet propiedad del constructor Jose Flores Prieto, ocurrido en la madrugada del martes en Navalmoral de la Mata, fue protagonizado por unos principiantes que cometieron numerosos errores.

La Policía Judicial, encargada de la investigación del suceso, baraja la hipótesis de que los agresores accedieran al interior de la vivienda con la única intención de amedrentar a sus víctimas por un asunto personal. Los tres hombres ocultaron en todo momento sus rostros con pasamontañas y pronunciaron pocas palabras, pero suficientes para que las víctimas constataran que eran de nacionalidad española.

"Su forma de actuar fue de novatos y de gente que no se dedica a estas cosas", indicaron ayer fuentes de la investigación, que expresaron su convencimiento de que su intención fue la de proporcionar un susto al constructor por asuntos personales o profesionales. La investigación determinará si lo hicieron por iniciativa propia o se trata de unos matones a sueldo.

Ayer trascendió que la esposa de Flores también fue agredida con una porra que portaba uno de los asaltantes, aunque el mayor impacto fue para su marido, que recibió un duro martillazo en la cabeza. El matrimonio está "muy afectado" y ha decidido no realizar declaraciones, según apuntó una persona cercana. Tras el susto inicial, que les hizo temer por su vida, se encuentran tratando de asimilar lo sucedido y buscando respuestas a un hecho que ha consternado a Navalmoral de la Mata.

La empresa de Flores, Urbacon Urbanizaciones y Contratas, S.L., trataba ayer de recuperar la normalidad en medio de decenas de llamadas telefónicas y visitas de periodistas y amigos de las víctimas interesándose por el suceso. Durante toda la jornada, la Policía Judicial continuó recabando pruebas para aportar a la investigación y tomando declaración a los testigos del suceso.

Los hijos del matrimonio, que se encontraban estudiando fuera cuando se produjeron los hechos, han regresado al domicilio familiar para apoyar a sus padres y tratar de contribuir al esclarecimiento de lo sucedido.

La Guardia Civil ha reconstruido el suceso con el propósito de analizar cada detalle por pequeño que sea y tiene prácticamente descartada la hipótesis del robo con violencia.

Los tres encapuchados que accedieron al chalet propiedad de la familia Flores conocían al detalle los movimientos de cada uno de sus integrantes, pero por el momento se descarta que sean de Navalmoral de la Mata. Los asaltantes eligieron la fecha y la hora adecuadas para actuar, una vez finalizado el verano y de madrugada. Sabían que los hijos del matrimonio, un chico y una chica, estudian en otra ciudad y se dirigieron directamente al dormitorio del matrimonio.

"Si hubieran querido matarlos lo habrían hecho", explicaron fuentes policiales, que calificaron la actuación como "chapucera".

La Subdelegación del Gobierno mantenía ayer la tesis de que se trata de un intento de robo con violencia e intimidación, pero las investigaciones llevan otro camino. Existen demasiados indicios que apuntan a que el asalto al chalet estuvo planificado por gente sin experiencia, pero con demasiada información: disponían de llaves para acceder a la casa sin forzar la puerta y sin provocar ruidos, conocían con cierto detalle la distribución de la vivienda pese a sus dimensiones y quién la habitaba. La investigación será larga y por el momento no habrá detenciones.