La provincia cuenta con 123 espacios protegidos de muy variadas y distintas categorías, desde su auténtica joya de la corona , el Parque Nacional de Monfragüe, hasta la Mina de la Rivera de Acebo, de apenas 5 hectáreas, o la colonia de cernícalos primilla de Jaraíz, de solo 3. Este amplio listado, que recoge decenas de parajes, ríos, montes y valles de norte a sur, ha sido perfilado en dos normativas distintas durante los dos últimos años (algunos enclaves se solapan y aparecen en categorías diferentes), pero sin embargo carecen de una auténtica aplicación a día de hoy. Porque… ¿cómo proteger un espacio si no se concreta exactamente la forma de hacerlo?, ¿cómo pedir a los agricultores que dejen de sacar el corcho si no se establece una compensación a cambio?, ¿cuándo se puede navegar por una zona de nidificación?

Estas son las preguntas que se plantean los ecologistas de la asociación conservacionista Adenex ante la falta de planes de regulación, que son obligatorios en mayor o menor medida en todos los espacios protegidos, y que, según afirman, están bastante más avanzados en otras regiones. "Aquí hay algunos en marcha, pero no acaban de salir adelante por la controversia que suscitan estos temas. Chocan los intereses de la Administración, de los agricultores, de los ganaderos o de los propios negocios turísticos, y apenas se avanza", lamenta Antonio Gentil, director técnico de Adenex. "El problema es que estos espacios no tienen sentido sin ellos", matiza.

La Junta de Extremadura es la responsable de la gestión de dichas zonas para que no se traduzcan en simples manchas en el mapa donde existen prohibiciones. "Es decir, debe convertirlas en motores de desarrollo, dinamizar la agricultura, la ganadería y el turismo de forma ordenada, sostenible, de manera que sean rentables, que no impliquen pérdidas", subraya Antonio Gentil. Para ello existen algunas figuras. Por ejemplo los llamados Planes de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), que concretan las razones por las que han de conservarse los enclaves de mayor categoría de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura (Parque Nacional de Monfragüe, Parque Natural Tajo Internacional y Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos), y de hecho ya están publicados y vigentes.

DOCUMENTO BASE Pero además, los Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG) son los que establecen cómo preservar cada espacio y cómo debe realizarse su aprovechamiento (agrícola, ganadero, apícola…) según su vulnerabilidad, por ejemplo el pago de ayudas al propietario que no puede sacar corcho de su alcornocal. Deben tener estos planes los enclaves más relevantes un año después de su declaración (los tres ya mencionados y otros dos: Sierra de San Pedro, y Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes), pero aún no se han publicado "pese a que algunos llevan décadas protegidos. De momento la Junta ha establecido compensaciones económicas en Monfragüe", explican desde Adenex. El resto de espacios requieren planes de regulación menos exhaustivos, "pero han de tenerlos", subraya Antonio Gentil. En cambio, más de la mitad de los enclaves protegidos de España que así lo exigen ya cuentan con estos planes, según Adenex: Andalucía ha redactado todos, Cataluña avanza bastante y comunidades como País Vasco, Valencia o Madrid "van muy bien", explica Antonio Gentil. "Son documentos importantes, porque si aquí existieran ni siquiera se plantearía una autovía por la Sierra de San Pedro", matiza.

SOBRE LA MEDIA / Además, Cáceres no es una provincia cualquiera, sino al contrario: sus espacios incluidos en la Red Natura 2000 de Europa ocupan un 32% de toda la geografía cacereña, muy por encima de la media nacional, actualmente en el 26%, e incluso de la extremeña, en el 30%. Estos enclaves se dividen en dos tipos: las Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPAs), donde la provincia tiene bastante peso con un total de 41 espacios, ylos Lugares de Interés Comunitario (LICs), que son 47 aunque de superficie considerablemente menor. En ambos casos se trata de enclaves aprobados por la UE y gestionados por la Junta, que afirma que ha sido la primera región en cerrar esta red con Bruselas.

POR DEBAJO / Sin embargo, además de la red Natura 2000 existe otra normativa paralela para distinguir las zonas que requieren especial conservación. Se trata de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura (RENPEX), concebida ygestionada por la Junta, que comprende hasta diez categorías diferentes. Según Adenex, en este caso la superficie amparada bajo protección es más pequeña: 35 espacios que abarcan un 7,5% del total de la comunidad, mientras que la media nacional supera el 10% y hayincluso diez regiones por encima, entre ellas Andalucía (20%), Canarias (42%) o Cataluña (22%). Extremadura ocupa posiciones similares a las dos castillas.