Faustina Gómez cumple 102 años, una de las extremeñas más longevas de la región

Faustina rodeada de su familia. Foto de Frank, redes sociales.
Faustina Gómez cumple 102 años, una de las extremeñas más longevas de la región

Su hijo Frank, hace un recorrido por la vida de su madre, contando su vida, como siendo la mayor de 5 hermanas, llegó a la finca de la Marquesa de la Encomienda, en los alrededores de Mirandilla, para trabajar su padre Ambrosio Gómez, como mozo de mulas en dicha finca.

El día 24, Juana Faustina Gómez Solano, ha celebrado su 102 cumpleaños junto a sus hijos y amigos, en la residencia Juan Pablo Fornet de Mérida, siendo una de las personas más longevas de Extremadura.

Según ha publicado su hijo Frank, en redes sociales, Doña Faustina, nació en Robledillo de Trujillo, en la provincia de Cáceres, el día 24 de junio de 1923. Actualmente vive en la Residencia de Mayores Juan Pablo Fornet de Mérida, donde ha cumplido sus 102 años.

Su hijo Frank, hace un recorrido por la vida de su madre, contando su vida, como siendo la mayor de 5 hermanas, llegó a la finca de la Marquesa de la Encomienda, en los alrededores de Mirandilla, para trabajar su padre Ambrosio Gómez, como mozo de mulas en dicha finca.

Al ser familia numerosa y siendo su padre el único varón, no tuvo más remedio que, con 7 años, empezar a trabajar en el campo: aceitunas, segando, lavando para familias de altas posiciones en aquellos tiempos, planchando, cogiendo espárragos, “lo que era traer un mísero sueldo a casa, pero al menos el lema era: salir adelante”. Sus padres, impecables de educación y correctos, hicieron que ella se formara con mucha fuerza y entereza, “como aún conserva, y admiro”, expresa su hijo.

Cuando fue más mayor, trabajó en casa de la marquesa como cocinera. Cuando se casó, con 29 años, siempre vivió en el campo. Su marido Alejo, trabajó siempre con ganado, siendo ese su modo de vida y subsistencia. Tuvieron 2 hijas y 3 varones, y volvió a ser una familia numerosa. “Siempre hacendosa y dispuesta, cariñosa como ella sola, ya que de casa de sus padres lo había mamado”, relata Frank. 

Llegó a trabajar en otra finca llamada La Zapatera, también de cocinera, con otra Marquesa. Siempre luchó, junto con su marido, por sacar una familia adelante y tener lo poco que consiguieron con tanto esfuerzo.

Faustina, de soltera, iba a casa de la Marquesa a aprender a leer y escribir. Crió a sus 5 hijos con todo el sacrificio del mundo, y en unos tiempos que no acompañaban mucho, estos le dieron la alegría de 11 nietos y 12 biznietos que la adoran. 

Hasta hace unos 6 años, vivía sola en su casa, desde que faltó su marido, hace ya unos 16 años. Ahora con sus 102 años cumplidos, siempre guarda su cara de alegría y sonrisa para cualquier persona que se le acerca, y los saluda con unos besos. Para mí es “admirable”, ha expresado su hijo Frank, autor de la historia de Faustina, y que siendo el menor de sus cinco hijos, “ya con 60 años, me siento dichoso de tener una madre así, con un corazón que no le cabe en el pecho”. 

 

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