Así funciona el plan para prevenir los efectos negativos del calor en la salud
En 2024 se registraron tres olas de calor en España, entre el 18 de julio y el 12 de agosto. Según el sistema MoMo (Monitorización de la Mortalidad diaria), se estimaron 2.032 muertes atribuibles al calor, una cifra inferior a la de 2022 y 2023.
El Ministerio de Sanidad mantiene activo hasta el 30 de septiembre el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud.
Este plan tiene como finalidad prevenir y mitigar los efectos negativos que las altas temperaturas pueden tener sobre la salud de la población.
El diseño se apoya en un sistema de alerta basado en predicciones meteorológicas y datos de mortalidad diaria, identificando riesgos de forma precoz y estableciendo niveles de intervención según la intensidad térmica y el impacto sanitario previsto.
En la actual edición del plan se ha incluido un nuevo recurso técnico, se trata de una guía metodológica que permite comprender el funcionamiento del sistema de niveles de alerta térmica, facilitando su interpretación tanto para profesionales del ámbito sanitario y de protección civil como para responsables institucionales y la ciudadanía.
Define cuatro niveles de riesgo para la salud por altas temperaturas que vienen identificados por un código de colores de tipo semáforo: nivel 0 (ausencia de riesgo) y los niveles 1, 2 y 3 que indican riesgo creciente para la salud y cuyos colores son amarillo, naranja y rojo, respectivamente.
Las temperaturas extremas afectan a la salud de todas las personas, pero el nivel de riesgo también depende de una serie de factores personales, sociales y ambientales.
FACTORES DE RIESGO
Personales: Lactantes y menores de 4 años, personas mayores de 65 años, mujeres gestantes, personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias o crónicas. Personas con tratamientos médicos. Personas con trastornos mentales, de memoria, dificultades de comprensión o de orientación o poca autonomía en la vida cotidiana, entre otros.
Ambientales, laborales o sociales: personas que viven solas, personas sin hogar, personas con condiciones económicas desfavorables, personas migrantes y/o turistas, viviendas no bien aclimatadas o sin capacidad de regular la temperatura, exposición excesiva al calor por razones laborales, deportivas o de ocio (especialmente entre las 14:00h y las 19:00h), entre otros.
A mayor número de factores de riesgo, mayor vulnerabilidad. Entre ellos, la edad es un factor importante puesto que la mortalidad se concentra en mayor medida en mayores de 65 años y, especialmente, en mayores de 75. Igualmente, las situaciones de pobreza que impiden asegurar viviendas bien aclimatadas y protección ante las altas temperaturas son otro factor de gran importancia.
El nivel amarillo por tanto supone un riesgo leve para personas mayores de 65 años con otros factores de riesgo. En cuanto al naranja supone un riesgo leve en población general sin factores de riesgo y riesgo moderado para personas mayores de 65 años o menores de 65 años con múltiples factores de riesgo. También supone riesgo elevado para mayores de 65 años con otros factores de riesgo adicionales.
Si estamos ya en color rojo esto implica riesgo moderado en población general sin factores de riesgo, elevado para personas mayores de 65 años y menores de 65 años con algún factor de riesgo y extremo para mayores de 65 años con otros factores de riesgo adicionales.
La prolongación en el tiempo de niveles de riesgo rojo debido a episodios de ola de calor supone un nivel de riesgo extremo para toda la población, especialmente para las personas en una situación de mayor vulnerabilidad.
- En 2024 se registraron tres olas de calor en España, entre el 18 de julio y el 12 de agosto. Según el sistema MoMo (Monitorización de la Mortalidad diaria), se estimaron 2.032 muertes atribuibles al calor, una cifra inferior a la de 2022 y 2023.