La comisión ejecutiva del PSOE de Extremadura le ha metido presión a su secretario general, Guillermo Fernández Vara, y éste ha forzado al Partido Popular para que comunique cuanto antes si logra un acuerdo con Vox para poder gobernar en la comunidad autónoma.

En una comparecencia de prensa insólita, Vara ha dado marcha atrás y ha comunicado que ya no se va, como anunció hace tan solo dos días, sino que tomará posesión de su acta de diputado y facilitará su relevo dentro de su partido.

Con semblante sonriente, nada parecido al de la noche electoral, el secretario general de los socialistas extremeños se ha venido arriba y ha recordado que el partido que ganó las elecciones en esta región fue el PSOE, por lo que intentará gobernar con la abstención del Partido Popular. En su comparecencia ha dado la vuelta a la propuesta que le ha hecho la presidenta del PP de Extremadura, quien le había pedido previamente la abstención de los socialistas para evitar un gobierno con Vox.

El candidato socialista ha dicho que no es razonable que el partido que gana se abstenga para que gobierne el que pierde, y a ello han dado pie el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, y el de Vox, Santiago Abascal. El primero se ha mostrado partidario durante toda la campaña electoral de que gobierne la lista más votada en cada lugar y el segundo se lo ha recordado a María Guardiola ante la indiferencia que ésta ha mostrado de cara a un posible acuerdo con Vox.

El Vara de ahora no es el cabizbajo de la noche electoral, cuando comunicó al secretario general del PSOE y a sus compañeros de partido que abandonaba la política tras los resultados obtenidos las elecciones autonómicas de Extremadura. Apenas 48 horas después no sólo ha retrocedido, sino que está dispuesto a sentarse en la bancada socialista en el parlamento regional, incluso en la oposición, para ir allanando el terreno a su sucesor.

El barón socialista no ha dado esta marcha atrás sólo por las palabras de Feijóo y Abascal, sino sobre todo por la petición que le han hecho sus compañeros de partido. Primero fue el presidente de la Diputación de Badajoz y alcalde de Villanueva de la Serena, quien pidió a Guardiola que dejase gobernar a la lista más votada, y posteriormente los miembros de la comisión ejecutiva regional reunida hoy.

Por si fuera poco, María Guardiola se ha visto obligada a desmentir en las redes sociales un comentario que aseguraba que había entrado en contacto con Vara para comunicarle que si Vox no apoyaba la investidura del PP sin concesiones de ningún tipo, sus 28 diputados se abstendrían para favorecer un gobierno socialista.

LA ESTRATEGIA SOCIALISTA

En el encuentro de este martes, los socialistas han diseñado la estrategia para intentar estrangular al PP, y lo harán haciendo correr los tiempos lo más rápido posible para presionar a Guardiola. Lo primero que hará el presidente en funciones de la Junta de Extremadura es convocar esta misma semana la sesión constitutiva de la Asamblea de Extremadura. Vara ha dicho que eso es «lo principal», y a partir de entonces comenzará a correr el plazo de un mes para la celebración de la sesión de investidura.

La estrategia pasa por agilizar los tiempos establecidos con el pretexto de que «no sería bueno» retrasar la investidura ni para la región ni para la economía. Vara ha justificado estas prisas en la necesidad de lograr cuanto antes «estabilidad» y «que no haya líos» y ha dicho que si esto no ocurre pronto será malo para la región.

El reloj ha comenzado a correr para el PP y Vox, que están condenados a alcanzar un acuerdo para sumar los 33 escaños que necesitan para gobernar esta comunidad autónoma durante los próximos cuatro años. Una vez que esto suceda, Vara dejará pasar un tiempo prudencial y, entonces sí, se retirará definitivamente de la política allanando el camino a su delfín.

«Falta por saber si pueden gobernar los que han ganado las elecciones o si van gobernar los que han perdido las elecciones», ha dicho convencido al término de la comisión ejecutiva regional. Y ha recordado que el PSOE ha ganado las elecciones municipales, las autonómicas y las diputaciones provinciales.

«Mi futuro es lo de menos, no sé de qué se sorprende la gente», ha dicho a los periodistas, y les ha recordado que va a trabajar para que el PSOE vuelva a ser el partido de referencia porque tiene la ventaja de acumular 143 años de historia.

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