El órgano de la catedral de Plasencia está siendo objeto de una restauración que recuperará el sonido que tenía cuando fue instalado, hace más de 100 años. Los trabajos están a cargo del organista José Antonio Azpeitia, después de más de 20 años desde la última revisión.

El órgano acumula una amplia serie de desperfectos que hace necesaria su revisión, ajuste y reparación. A pesar de su buen estado general, El paso del tiempo y el uso de la maquinaria han hecho mella en un instrumento de más de 100 años.

Las averías más importantes son fallos en los teclados, ya que algunas teclas no responden y dejan notas mudas, daños en cueros y pieles que recubren fuelles y escapes de viento. El motor ventilador, que fue instalado en 1949 no ofrece el caudal de aire necesario, por lo que será sustituido. Además, el instrumento cuenta con más de 2.500 tubos, que acumulan suciedad y polvo así como desperfectos en algunos de ellos.

El órgano, de 14 metros de alto y 8 de ancho y de estilo romántico, fue instalado en la catedral de Plasencia en 1919.