Cadalso (414 vecinos, según los últimos datos del INE), ha sido uno de los municipios de la comarca de Sierra de Gata más afectados por el incendio que se originó en la noche del miércoles en el término municipal de Pinofranqueado.

Situado entre la Sierra de los Ángeles y el Pico de la Almenara, a orillas del Río Árrago, Cadalso es una muestra representativia de flora mediterránea, rodeado de extensos pinares, olivos, robles, jaras o brezos. El municipio se abre al Valle del Árrago junto a Robledillo de Gata y Descargamaría, que ofrecen un paisaje prácticamente virgen, ejemplo de la Extremadura típicamente rural que lucha contra la despoblación fomentando los recursos turísticos que le brinda la naturaleza. Ahora parte de ese valle se ha cubierto de cenizas.

El miércoles, 17 de mayo, cuando caía la noche, se originó un incendio en Las Hurdes, comarca limítrofe con la Sierra de Gata. Las adversas condiciones climatológicas de esa jornada y las siguientes, con fuertes rachas de viento de hasta 60 kilómetros por hora, contribuyeron a propagar las llamas con inusual rapidez por las dos comarcas. Los vecinos temían lo peor ante la voracidad del fuego y fueron desalojados como medida preventiva.

Francisco Ignacio Rodríguez Blanco, alcalde de Cadalso, asegura que esto se estaba esperando desde hace mucho tiempo en una zona rodeada de miles de hectáreas de pino donde la burocracia y el excesivo proteccionismo ambiental han contribuido a mantener los bosques sin labores de limpieza y mantenimiento.

«El incendio se veía venir, este valle es un polvorín», lamenta el alcalde, que muestra una zona arrasada por las llamas. La misma zona que se quemó en el año 1992 como consecuencia de otro incendio que entró por el mismo sitio que ahora. Y desde entonces, asegura el alcalde, no se ha hecho «prácticamente nada».

Tras el incendio que afectó al término municipal de Acebo en el año 2015 se hicieron varios cortafuegos y una pista forestal que, en su opinión, no han servido para nada porque son muy estrechos.

«No se puede primar a los animales sobre las personas, porque aquí siempre hemos convivido las personas con los animales», razona el alcalde.

RESERVA BIOLÓGICA DEL BUITRE NEGRO

Y es que en el Valle del Árrago se encuentra la reserva biológica del buitre negro, que comprende parte de los términos municipales de Cadalso, Descargamaría, Santibáñez el Alto y Robledillo de Gata. Declarada como “área importante para las aves”, esta rapaz se instala en los pinares, lejos del alcance del hombre, aunque los numerosos incendios forestales de la comarca ha reducido su presencia a núcleos aislados en pequeños grupos de pinos.

Pero lo de los incendios en Sierra de Gata y Hurdes es el cuento de nunca acabar. Eso opinan, al menos, los vecinos de Cadalso, Descargamaría y Robledillo de Gata que han sido desalojados de sus casas por temor a que el humo y, en el peor de los casos, las llamas, se adentrasen en sus pueblos.

El pasado mes de enero la Junta de Extremadura se hizo cargo de 1.300 hectáreas de monte cedidas por 120 propietarios que se sienten incapaces de afrontar el mantenimiento del polvorín en el que se han convertido los pinares del norte de la provincia de Cáceres. Los vecinos denuncian que ni siquiera les permiten coger una piña y que prevalecen los derechos de los animales sobre los de las personas.

La mujer de Gonzalo Castillo Maestro, natural de San Sebastián, nació en Cadalso. Afincado en el País Vasco, Gonzalo pensaba que cuando murieran sus suegros no volvería a pisar este pueblo de la Sierra de Gata. Sin embargo, él y su mujer han decidido que es el mejor lugar para envejecer. A las 4 de la madrugada llamaron a su puerta y les dijeron que cogieran lo imprescindible para salir de casa con destino a Moraleja. Con lágrimas en los ojos, Gonzalo lamenta lo sucedido y critica la falta de limpieza de los pinares por la excesiva carga burocrática existente.

En eso coincide el alcalde de Cadalso, quien dice que cada vez hay más burocracia, más pegas y problemas para cualquier tarea forestal.

«Ahora que está de moda hablar de las cabras cortafuegos, hay que aclarar que si no limpias el monte para que las cabras puedan entrar, no sirve de nada, porque en un monte abrupto las cabras no pasan», razona.

Ignacio Rodríguez se encargó, en la madrugada del jueves, de llamar casa por casa, puerta por puerta, a todos sus vecinos. Y lo hizo con la ayuda de los miembros de Protección Civil, Cruz Roja, el Centro de Emergencias 112, la Guardia Civil, empleados municipales y la trabajadora social.

Movilizaron a más de 400 vecinos, entre ellos 14 personas con movilidad reducidad y dependientes, con la dificultad que eso supone. Y se encontraron con escenas de gran tristeza al ver a vecinos dependientes esperando en sus casas, llorando, porque pensaban que se habían olvidado de ellos. Nada más lejos de la realidad: los recursos eran escasos en los momentos iniciales y hubo que movilizar vehículos particulares, autobuses y ambulancias para poder atender las necesidades de unas 700 personas en cuatro localidades.

El alcalde critica que no hubiera ni un solo medio participando en las labores de extinción en las proximidades de Cadalso durante la primera mañana del incendio; a esa hora ya se había calcinado la margen izquierda del Río Árrago y el temor era que el fuego cruzase el río.

No se ha abierto ningún debate sobre la necesidad de mantener la gran superficie de pinares existente en las comarcas de Hurdes y Sierra de Gata porque los vecinos que viven el día a día en estos pueblos tienen claro que quieren su territorio de pinos, pero aseado, como dicen ellos. Los pinares no sólo son un pulmón verde, sino un atractivo turístico para esta zona despoblada. Y los vecinos quieren sus pinares limpios de «combustible» para no tener que ver escenas como la que protagonizó el viernes María Auxiliadora Domínguez, vecina de Cadalso, de 95 años de edad, que fue trasladada en ambulancia desde el pabellón polideportivo de Moraleja a una residencia estudiantil donde descansar más cómodamente.

La comarca de Sierra de Gata, limítrofe con la de Hurdes, tiene una excepcional riqueza natural, con una red de espacios protegidos de gran interés biológico y paisajístico. En 1977 todo el territorio fue incluido por el Instituro para la Conservación de la Naturaleza (Icona) en el Inventario Abierto de Espacios Naturales de Protección Especial. Pero como todos los espacios protegidos, hay pros y contras.

Pedro Eizaguirre, autor y director teatral, lleva más de una década viviendo en Sierra de Gata y apoya el Proyecto Mosaico puesto en marcha por la Universidad de Extremadura para la recuperación y puesta en valor de la cultura del campo partiendo del fomento del emprendimiento agrícola, ganadero y forestal.

Especialmente crítico con la política forestal desarrollada en Extremadura, ya dijo hace años que las leyes son obsoletas, y los técnicos forestales obtusos. Ahora asegura que existe un boicot a este proyecto, una denegación sistemática de las propuestas presentadas, limitaciones al pastoreo, acciones vengativas y amenazas de multas a quienes intentan extraer la resina de los pinos. Su pregunta es por qué los jefes de sección técnica del Servicio de Ordenación y Gestión Forestal mantienen esa actitud y por qué sus superiores jerárquicos lo consienten.