APAG Extremadura Asaja ha mostrado su postura contraria al derribo de la presa de Valdecaballeros al considerar una «contradicción» la demolición de una reserva hídrica en un momento de necesidad de almacenaje de agua.

La organización agraria ha recordado en nota de prensa que el derribo de la presa lo ordena una resolución publicada en el BOE el 14 de marzo dictada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que ha aprobado la demolición del embalse de la extinta central nuclear y la restitución a su estado original en un plazo máximo de seis meses.

El fin con el que se construyó la presa era abastecer de agua a la central nuclear pero, como ésta nunca llegó a funcionar, se aprovechó su construcción para recoger agua, potabilizarla y abastecer a las poblaciones de Valdecaballeros y Castilblanco, en la provincia de Badajoz, y también a Alía, en Cáceres.

«Además dota de suministro para el riego a una comarca que cuenta con un potente sector ganadero», ha añadido APAG Extremadura Asaja, que ha insistido en que, además de abastecer de agua a los municipios antes mencionados, genera riqueza turística por la práctica de la pesca.

Por ello, ha apuntado además que, desde el punto de vista medioambiental, la organización agraria ha recalcado que «no se puede entender» el derribo de un pantano con seis especies protegidas y catalogadas por la Universidad de Extremadura.