La madrugada de este sábado al domingo las 02.00 horas serán las 03.00 y así se dará comienzo de manera oficial al llamado horario de verano, que seguirá vigente hasta el último fin de semana de octubre.

Tras el cambio al horario de verano, aunque el despertador nos indique que nos estamos despertando a la misma hora de todos los días, nuestro cuerpo, en la mayoría de los casos, sabrá que está madrugando una hora más.

Esta desadaptación puede provocar, aunque de manera más suave y mitigada, síntomas similares a los que provoca el jet lag: fatiga y cansancio general, somnolencia durante el día, dificultad para conciliar el sueño por la noche, irritabilidad, falta de concentración y disminución del rendimiento físico e intelectual.

También podemos sentir hambre a horas intempestivas o, todo lo contrario, falta de apetito o sensación de plenitud tras la comida. Para que tu rutina del sueño no cambie de manera tan brusca, los días anteriores puedes prepararte levantándote o acostándote quince minutos cada día, antes o más tarde, según el caso.

De forma paulatina y unos pocos días antes, atrasar o adelantar tu hora de comer puede también ayudar a tu estómago a adaptarse antes al cambio. La pauta es acostarse con el estómago satisfecho, pero sin sensación de hambre o de pesadez.

De cara a estar mejor preparado para el cambio, ejercita tu cuerpo, pero hazlo preferentemente en las primeras horas del día y no inmediatamente antes de acostarte. Ayuda a nuestro estado físico y a la mente. Hay que tratar de hacer cosas que te exijan poco esfuerzo con el fin de no acumular cansancio.

Tras cambiar la hora y hasta que el organismo se adapte, es recomendable que tus patrones habituales de sueño no se vean alterados, según nos indican los expertos de Cinfa.

Hay que intentar no beber café, té, alcohol o cualquier bebida excitante (bebidas de cola) que tenga efecto sobre el sueño, especialmente durante la segunda mitad del día. En los días anteriores y posteriores al cambio de horario, ten especial cuidado con el uso de ordenador, móvil o tablet, ya que la luz que emiten puede alterar las pautas de sueño a diario.

Los efectos del cambio de horario sobre el sueño y tu descanso desaparecerán a los tres días, por lo que es mejor que te lo tomes con paciencia y no te automediques.