El Partido Popular de Extremadura ya se ve gobernando la Junta de Extremadura tras las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo y ha comenzado a ofrecer cargos incluso antes de que se hayan celebrado los comicios.

La encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) entre el 17 de noviembre y el 2 de diciembre de 2022 arrojó un resultado esperanzador para los populares, pues vaticinaba que, de celebrarse elecciones en Extremadura, el PP le sacaría una ventaja de casi 6 puntos al PSOE, que pasaría a ser a segunda fuerza más votada. Así, el sondeo del CIS pronosticaba que el PP obtendría el 26,7% de los votos, seguido del PSOE con el 20,9%, Unidas Podemos (4,4%) y Vox (2,6%). Ciudadanos quedaría como partido político residual al mismo nivel que Pacma, con tan solo un 0,4% de los sufragios.

Además los sondeos internos del PP van en la misma dirección y existen otros datos complementarios que inspiran confianza al principal partido de la oposición, como las declaraciones realizadas recientemente por el presidente de GAD3, Narciso Michavila, que revelan que el Gobierno de coalición está muy desgastado y podría ejercer una gran influencia en las elecciones municipales y autonómicas, que serán clave, a su vez, de cara a unas elecciones generales.

El optimismo es de tal calado que los populares han comenzado a ofrecer cargos a cuatro meses de las elecciones. Así el pasado jueves, 26 de enero, la dirección provincial del PP de Cáceres puso sobre la mesa al que hasta entonces iba a ser su candidato a la alcaldía de Navalmoral de la Mata, Jaime Vega, la posibilidad de hacerse con una dirección general o un puesto como diputado provincial en la Diputación de Cáceres. En éste último caso, el ofrecimiento es fácil de cumplir, pues los puestos en las diputaciones se otorgan por demarcaciones judiciales, pero la dirección general sólo podría conseguirse en el caso de hacerse con la presidencia de la Junta de Extremadura.

De este modo, el PP de Cáceres intentaba que Jaime Vega enterrase el hacha de guerra y dejase vía libre a la candidatura impuesta desde Cáceres que liderará el asesor financiero Enrique Hueso. La respuesta de la Junta Local del PP moralo no se ha hecho esperar: ha agradecido la «generosidad y entrega de Jaime Vega» por no apartarse y aceptar la decisión del PP cacereño y, por si fuera poco, ha anunciado que recurrirá a la vía judicial para imugnar el nombramiento por considerar que vulnera los estatutos del partido.

RENOVACIÓN POPULAR

La irrupción de María Guardiola en el PP como candidata a la presiencia de la Junta de Extremadura ha venido acompañada de un fuerte proceso de renovación. El 24 de enero de 2019, el presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, visitó Navalmoral de la Mata y ensalzó «el compromiso del candidato a la alcaldía, Jaime Vega, para convertirse en protagonista del futuro de Navalmoral de la Mata». Eran otros tiempos y nadie dudaba en el PP quién sería su candidato. Monago no solo puso de relieve la integridad de Vega, sino sus conocimientos del Derecho y el valor de la justicia, algo importante a la hora de presidir cualquier decisión como representante público.

Pero este es solo uno de los muchos ejemplos de lo que se está fraguando en el PP para unos comicios que serán fundamentales para marcar el rumbo del partido y donde, por primera vez, los populares se presentan con una mujer para intentar arrebatar el Gobierno regional al socialista Guillermo Fernández Vara, sobre el que pesan como una losa dos hechos relevantes: el descrédito político de Pedro Sánchez incluso en buena parte de su electorado, y el engaño del tren de alta velocidad; nunca antes había calado tan hondo en la sociedad extremeña un asunto como el del ferrocarril.

El pasado mes de junio, el que se perfilaba firmemente como candidato para dirigir el PP en Extremadura, Fernando Pizarro, también decidió abandonar la carrera por la presidencia del partido regional y optó por dejar vía libre a María Guardiola «por lealtad al partido». De este modo, Pizarro repetirá como candidato a la alcaldía de Plasencia, donde cosecha varias legislaturas consecutivas con mayoría absoluta.

El pasado mes de diciembre, el PP anunció el nombramiento de Fátima Mulero como candidata a la alcaldía de Mérida, lo que provocó la dimisión de la práctica totalidad de los miembros de la junta gestora local del partido tras la renuncia previa de su presidente, Miguel Valdés. Los populares emeritenses lamentaron las formas en las que la dirección regional había designado a la nueva candidata a la alcaldía y acusaron al partido de falta de “honradez y lealtad”. Siete días después, el PP cambió su decisión y anunció que prescindía de su candidata a la alcaldía de la capital autonómica “por falta de confianza”.