Extremadura ha llevado a cabo durante 2022 una experiencia piloto de caza adaptativa de tórtola, la primera desde que se implementó la moratoria en 2021, enmarcada en el proyecto PIRTE (Plan Integral de Recuperación de la Tórtola Europea en Extremadura), que desarrolla Fundación Artemisan, junto a la Junta de Extremadura y la Federación Extremeña de Caza.

Una jornada técnica online ha abordado los primeros avances del proyecto, en el que participan más de 300 acotados de la región que deben cumplir una serie de requisitos, entre ellos, la realización de medidas de gestión para la tórtola y la realización de censos específicos mediante el Observatorio Cinegético, una herramienta de monitorización de fauna silvestre a nivel nacional.

Así lo explicó el director de Política Forestal de la Junta de Extremadura, Pedro Muñoz, en la apertura de la jornada, quien mostró el compromiso de la administración regional por la gestión y conservación de la tórtola desde que en 2019 se pusiera en marcha el proyecto PIRTE, así como en esta primera experiencia de caza adaptativa desarrollada durante el último año.

Por su parte, la jefa de servicio de Caza, Pesca y Agricultura, Inmaculada Montero, resumió los aspectos técnicos del plan de caza adaptativo, basados en la verificación de las medidas de gestión realizadas en los cotos y en el análisis de los censos realizados para la posterior propuesta de capturas y cupos.

Durante 2022, un total de 38 cotos cumplieron los requisitos establecidos, si bien se autorizó la extracción en 10 de ellos, siendo la caza finalmente realizada en un total de 8. Esta primera propuesta, de carácter estrictamente experimental, ya que la moratoria de caza se mantiene esta temporada, se orientó de forma conservadora. Así, el número total de tórtolas cazadas fue inferior al 0,001 % del mínimo de población estimada para ese año. Además, se utilizó por primera vez el precinto digital de caza, una iniciativa que cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En su intervención, el director de Investigación de Fundación Artemisan, Carlos Sánchez, mostró los resultados más importantes del proyecto PIRTE, que tiene como objetivo mejorar el conocimiento y monitorización de la tórtola europea, aportando recomendaciones prácticas para los acotados, en sinergia con el desarrollo del plan de caza adaptativo.

En palabras de Carlos Sánchez: “hoy sabemos que el cuidado de los hábitats y la gestión para la tórtola puede beneficiar a la especie, pero hay que seguir trabajando para cubrir más territorio con el Observatorio Cinegético y conocer a fondo cuál es el papel de las distintas herramientas de gestión”. “El trabajo en los cotos demostrativos está dando sus frutos y durante 2023 se celebrarán jornadas presenciales para acercar a las personas interesadas el trabajo realizado”, ha añadido.

Finalmente, Miguel Gómez, técnico de la Federación Extremeña de Caza, señaló el compromiso de los cazadores con la tórtola y demandó que en las próximas ediciones el número de cotos autorizados para la caza sea mayor, dado que permitir un pequeño número de capturas puede mantener e incrementar la motivación en la gestión de la especie.

En este sentido, destacó que antes de que existiera la moratoria de la tórtola, el número de días y cupos se había venido reduciendo de forma progresiva en la región, precisamente por ese compromiso de los cazadores con la conservación de la especie y, de hecho, ha recordado que los cotos han seguido gestionándola aún sin poder cazarla. Asimismo, ha pedido que vuelvan a autorizarse las capturas de tórtola turca por la posible competición con la europea en los cotos.

Tras estas intervenciones, durante la jornada online se trataron cuestiones de interés sobre el plan de caza adaptativo, quedando de manifiesto el compromiso firme por parte de las distintas entidades para que, en un futuro próximo, las poblaciones de tórtola sigan recuperándose y, con ello, su caza sostenible.