El cierre de la central nuclear de Almaraz podría provocar un descenso del 36% de la población activa y una caída del 60% en los ingresos de los ayuntamientos de los municipios de la zona de influencia, según revela un estudio elaborado por una consultora privada realizado por encargo de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC).

El informe ha sido presentado este miércoles como «Estudio de Impacto Económico y Sociodemográfico ante el cierre de la Central Nuclear de Almaraz» en el transcurso de un acto al que han asistido la consejera de Transición Ecológica de la Junta de Extremadura, Olga García Ramos; el presidente de la Diputación de Cáceres, Carlos Carlos Rodríguez; el alcalde de Almaraz, Juan Antonio Díaz Agraz y el vicepresidente de AMAC, Alfonso García.

El estudio ha sido realizado por la empresa Paypertink, de Badajoz, que se define como una «agencia de innovación, estrategia, digitalización y gestión del talento». Una de sus principales conclusiones es que, en el peor escenario, que considera el más factible, la zona de influencia directa de la planta perdería casi uno de cada tres habitantes en el caso de consumarse el cierre.

Los encargados de elaborar el informe sostienen que el cierre de Almaraz provocaría un descenso de la población activa, o lo que es lo mismo, un 36% más de parados como consecuencia de «un tremendo envejecimiento de la población». El estudio vaticina que la situación supondría la posibilidad real de desaparición de los pueblos más pequeños de la zona.

El dato más objetivo del estudio analiza el impacto económico que sufrirán los ayuntamientos del entorno de la central nuclear, que en la actualidad perciben ayudas anuales de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) y de otras áreas de la Administración como el Ministerio de Interior. La empresa que ha realizado el informe sostiene que los ayuntamientos de la zona dejarán de percibir casi 15 millones de euros anuales en conjunto, lo que representa casi el 60% de los ingresos totales. De este modo, pequeños municipios como Saucedilla, Romangordo, Almaraz, Serrejón e Higuera de Albalat verían claramente afectada su viabilidad económico-financiera.

La consultora pacense asegura que el apagón nuclear obligará a los ayuntamientos a adoptar medidas “inmediatas y radicales” como recortes en sus plantillas, reducción de los servicios municipales e incremento de tasas y precios públicos, que tendrán un impacto directo en la población al reducirse el empleo, los servicios y la calidad de vida. Como consecuencia de ello, según el informe, se impulsará la emigracióny se agravará el problema de despoblación y envejecimiento en la zona.

La AMAC ha difundido una nota de prensa en la que refleja la situación de crisis que provocaría el cierre de Almaraz en su entorno, pero no se detiene a analizar que la clausura de la planta no supondrá el fin inmediato de las subvenciones, ya que los ayuntamientos cobran por el almacenamiento de los residuos en sus proximidades y seguirán haciéndolo mientras no exista un almacén centralizado para los desechos de alta actividad.

DESMANTELAMIENTO

El estudio subraya que el desmantelamiento de las instalaciones de la planta apenas creará puestos de trabajo y nunca compensará los empleos perdidos ni el impacto económico negativo. Para ello toma como ejemplo la experiencia en otras zonas como la de Zorita, donde la actividad generada ha sido para puestos temporales y muy especializados. Asimismo indica que este efecto negativo se dejará notar, aunque en menor medida, en toda la provincia de Cáceres.

El vicepresidente de AMAC ha pedido trabajar “desde la unión del territorio, sensibilizando a la población» y ha instado a las Administraciones a «tomar conciencia y asumir responsabilidades» actuando con discriminación positiva hacia la zona. Los municipios nucleares piden «una hoja de ruta» para clarificar su futuro y aprovechar nuevas oportunidades generadoras de empleo impulsando proyectos industriales que puedan aprovechar la ubicación geográfica, la cercanía a Madrid y las vías de comunicación existentes.

El estudio se ha desarrollado en cinco fases durante cuatro meses y se ha desarrollado en los municipios de Almaraz, Belvís de Monroy, Casatejada, Higuera de Albalat, Mesas de Ibor, Millanes de la Mata, Romangordo, Toril, Saucedilla, Valdecañas del Tajo, Casas de Miravete y Serrejón; es decir, todos los del área de influencia de la planta cacereña que perciben ayudas por cuestiones de proximidad.

AMAC ha reiterado su preocupación por el futuro de los municipios tras el cierre de plantas nucleares y ha asegurado que trabajará con la mayor previsión posible ante la llegada de esta realidad. Aunque el cierre de la Central Nuclear de Almaraz no está previsto hasta el año 2027, desde AMAC insisten en la necesidad de “ponerse manos a la obra” para crear nuevas oportunidades en la comarca y trabajar en estrategias que garanticen un desarrollo futuro de la comarca.