Un grupo de mujeres de distintas edades, distintas situaciones laborales (estudiantes, jubiladas y en activo con distintas profesiones técnicos, letrados, docentes, empleada del hogar,…) y distintas situaciones personales, han participado en el taller  ‘Ciudad segura para las mujeres’.

EL objetivo de debatir sobre los puntos negros y oscuros que provocan sensación de inseguridad a las mujeres a la hora de transitar por la ciudad y cuáles son las soluciones.

En el primero, se les explicó que se pretendía que cada persona caminara por el barrio de la Madrila durante una hora, delimitando la zona de paseo, y tomara fotos con el móvil de puntos o aspectos que le llamaran la atención o les crearan inseguridad, intentándose poner en situación de noche, lluvia, invierno, verano….

En el segundo se proyectaron imágenes y las autoras señalaron qué les había motivado a sacar esa foto y cuál creen que podría ser la solución. El resto de participantes hicieron aportaciones a cada una de las imágenes, y entre el grupo se fue construyendo un discurso con las distintas aportaciones, los distintos puntos de vistas y las distintas experiencias.

En cuanto a las conclusiones hubo bastante coincidencia en los puntos de los que se tomaron fotos, distintas perspectivas pero muchos de los puntos son los mismos, lo que indica que aunque el miedo y la sensación de inseguridad es subjetiva, realmente se puede objetivar partiendo de sensaciones similares en mujeres distintas.

La sensación de abandono de la zona, la suciedad y la falta de mantenimiento empeoran la sensación de inseguridad. Además esto unido a la falta de actividad provoca que no haya personas haciendo uso del espacio público.

Se vio que la mayoría de los locales están abandonados, muchos de ellos tapiados para evitar la ocupación de los mismos, lo que junto a la elevada altura de la vegetación arbustiva crea callejones sin visibilidad y sin posibilidad de escape que son necesarios tomar para llegar a algunos portales.

Además, al no existir locales en uso no hay iluminación complementaria a la de las luminarias públicas, y aunque es de día, se puede observar como muchas farolas tienen el punto de luz entre la vegetación. No obstante el equipo dinamizador hizo el paseo el viernes por la noche, y de cada punto detectado por las mujeres que pasearon el sábado se pudo poner una misma foto de la noche anterior, lo que sirvió para tener la perspectiva a la luz del sol y de noche a las 21 horas.

Por último, se detectaron muchos puntos sin vías de escape, o rincones donde cualquier persona puede ocultarse y aparecer de repente sin que se lo espere quien está allí.

La concejala de la Mujer, María José Pulido, ha destacado que “el taller se desarrolló con mucha participación por parte de todas las asistentes, quizás algo menos por parte de las chicas más jóvenes un poco cohibidas en sus intervenciones. Pero se ha podido comprobar que el formato del mismo invita a la reflexión conjunta y a la extracción de conclusiones, y por lo tanto puede exportarse al resto de barrios de la ciudad de Cáceres”.