(FOTO PORTADA: Emilio MANSO)

El 7 de octubre de 2019, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, se comprometió con la alcaldesa de Navalmoral de la Mata, Raquel Medina, a intermediar ante el Ministerio de Fomento y Adif para lograr el soterramiento de las vías del tren de alta velocidad a su paso por la localidad. La alcaldesa reclamó al jefe de Ejecutivo “un compromiso de colaboración, de ayuda y de representación” que garantizase que las vías del tren fuesen soterradas para evitar la construcción de un muro que dividiría en dos el casco urbano.

Tres años después, el gestor de infraestructuras ferroviarias no ha modificado un ápice el proyecto, que contempla el trazado del tren en superficie, dos pasos subterráneos para los vehículos y tres para los peatones.

La petición de un sector importante de la población de Navalmoral de la Mata del soterramiento de las vías del tren no es un caso único; en España se cuentan por decenas los municipios que han logrado el paso del tren por el subsuelo y los que se encuentran realizando el proyecto o el estudio informativo. En todos los casos ha sido fundamental la colaboración entre las distintas Administraciones y en buena parte de los casos ha sido decisiva la presión ciudadana. Es el caso de Valencia. El pasado mes de julio se firmó un acuerdo histórico que permitirá soterrar el ferrocarril para impulsar el Corredor Mediterráneo. Suscribieron el convenio la ministra de Transportes, Raquel Sánchez; el presidente Ximo Puig y el alcalde Joan Ribó. Una dotación de 550 millones de euros permitirá acometer ocho actuaciones entre las que se encuentra el soterramiento de las vías y la remodelación de la estación de Joaquín Sorolla.

En Logroño el soterramiento de las vías ya es historia y el pasado verano se cumplieron los 20 años de la firma del convenio para la integración del ferrocarril. En septiembre de 2002 se constituyó formalmente una sociedad para gestionar todas las actuaciones vinculadas al soterramiento  con la participación económica de Adif, Renfe, la comunidad de La Rioja y el Ayuntamiento de Logroño.

El pasado 29 de junio, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó un anuncio de la Subdirección General de Planificación Ferroviaria del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana mediante el que se aprobaba el estudio informativo del soterramiento del ferrocarril en Torrelavega (Cantabria). El presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, ha anunciado hace tan solo unos días que la consignación presupuestaria para la integración ferroviaria ya figura en las cuentas estatales.

EL CASO DE NAVALMORAL

A pesar de las protestas, en Navalmoral de la Mata el proyecto del tren en superficie sigue su curso. El ayuntamiento nunca lo ha reconocido públicamente, pero a ojos de los ciudadanos da la sensación de que ha tirado la toalla; no se explica de otro modo el distanciamiento existente con la Plataforma “No al muro”, que cada semana convoca una nueva protesta para pedir la modificación del proyecto. El 27 de mayo de 2021, Raquel Medina viajó a Madrid para reunirse con la presidenta de Adif, entregarle las firmas recogidas por la plataforma “No al Muro” y reclamar la elaboración de un informe técnico y socioeconómico sobre la viabilidad del soterramiento. El encuentro apenas dio para un titular de prensa.

Las relaciones entre el equipo de gobierno y la plataforma ciudadana se han ido deteriorando hasta el punto de que en febrero sus integrantes expresaron su malestar e indignación con la alcaldesa, a quien acusaron de dirigirse a ellos, en el transcurso de una sesión plenaria, con “maneras altaneras y poco educadas”.

Cinco meses antes, el 17 de septiembre de 2021, en la Comisión de Movilidad y Transportes de la Asamblea de Extremadura, se debatió la petición de soterramiento del AVE a su paso por Navalmoral. La Junta de Extremadura se posicionó con claridad a favor del tren en superficie argumentando que los informes de ADIF desaconsejan que el tren pase por debajo. Los responsables municipales habían trasladado su propuesta al parlamento regional con el argumento de que el tren en superficie supondría riesgos medioambientales y de exclusión social, al quedar parte de la localidad dividida en dos por un muro. Pero la directora general de Transportes, Eva María Sánchez-Montero, puso encima de la mesa otros riesgos, como la cercanía a la línea freática.

Acto de protesta celebrado en Navalmoral el pasado mes de febrero.

El proyecto del AVE a su paso por Navalmoral de la Mata data del año 2011, fecha en la que contaba con un presupuesto de 73 millones de euros. En 2018 se hizo una modificación parcial del proyecto y se incrementó la partida presupuestaria hasta los 94 millones.

El portavoz del Grupo Parlamentario Popular en la citada Comisión, Víctor del Moral, asegura que la única excusa de la Junta de Extremadura es endeble y de tipo económico, ya que, en su opinión, supondría un coste adicional de entre 180 y 200 millones de euros. Apenas una semana después de esa Comisión, la presidenta de Adif Alta Velocidad (Adif AV), María Luisa Domínguez, presentó a los miembros de la corporación municipal de Navalmoral de la Mata el proyecto que ellos consideran “de integración ferroviaria en el casco urbano de la localidad”.

Domínguez explicó a Raquel Medina, a los portavoces de los distintos grupos políticos, empresarios y ciudadanos las últimas modificaciones realizadas al proyecto. La presidenta de Adif AV dijo que se trata de «una mejora sustancial» que contempla la supresión de seis pasos a nivel, la construcción de cinco pasos superiores, dos pasos para vehículos y cuatro peatonales. Para Adif, el proyecto “elimina el efecto barrera del ferrocarril y garantiza la permeabilidad del tráfico rodado y peatonal” dentro de una ejecución integradora en el casco urbano «sensible con el entorno y las personas».

La opinión de la Plataforma “No al muro” es bien distinta, y por eso presentó el 31 de marzo de 2020 más de mil alegaciones al proyecto de la línea de Alta Velocidad Madrid-Extremadura en el tramo comprendido entre Arroyo de Santa María –Navalmoral de la Mata. Su portavoz, José María González Mazón, defiende la idea de que los trenes deben ir por debajo y las personas por arriba y considera que, tal y como está planteado, el proyecto supone “una fractura” de la localidad. González Mazón sostiene que el proyecto presentado por la presidenta de Adif es el mismo de hace tres años, “con los mismos inconvenientes, las mismas indeterminaciones y sin encajar en la trama urbana, apostando por un muro que hipotecará la ciudad para los próximos 200 años”.

La plataforma maneja datos del año 2017 que indican que cada día pasan las vías del tren más de 17.000 vehículos que, de prosperar el proyecto, atravesarán un paso angosto bajo las vías, sin gálibo suficiente para un camión de bomberos y trasladando todo el tráfico rodado al espacio existente entre las estaciones de tren y autobuses. Tampoco les convence la forma en la que se pretenden eliminar los dos pasos a nivel, pues Adif propone otros dos pasos subterráneos a 5 metros de profundidad que obligarán a recorrer entre los dos 560 metros en lugar de 9.

LA PRESIÓN CIUDADANA

Un caso muy similar al de Navalmoral de la Mata se da en Valladolid, donde se ha constituido la “Plataforma Soterramiento Ferrocarril”. El colectivo vecinal asegura que les quieren convertir “en el culo urbanístico de España” y aclaran que no lo va a consentir. Para ejercer presión ponen cifras sobre la mesa: Valladolid es la ciudad que más necesita el soterramiento por población afectada, degradación del entorno de la vía y tráfico ferroviario. Su población es de casi 300.000 habitantes.

La plataforma ha elaborado un gráfico que revela que hay 21 ciudades españolas que en los últimos años han soterrado sus vías o están ejecutando las obras, mientras que otras 13 están realizando el proyecto o el estudio informativo previo.

Municipios con las vías soterradas o en proyecto. / IMAGEN: Plataforma Soterramiento Valladolid.

En Miranda de Ebro (Burgos) también hay una plataforma ciudadana llamada “Alternativa por el Tren” que se ha encargado de dar a conocer hace dos meses un estudio que revela que soterrar las vías sería la alternativa más económica al baipás del AVE. La opción costaría entre 35 y 40 millones menos y permitiría conectar la zona de Las Matillas con el resto de la ciudad, además de ganar suelo urbanizable. La plataforma ciudadana rechaza la creación de un baipás en Miranda y pretende que los 160 millones de euros que se destinarían a ello se inviertan en ocultar los vagones bajo el suelo y mejorar la movilidad del municipio.

En Murcia dejaron de lado las diferencias ideológicas y las heridas que abrió el trazado del tren a su paso por Santiago el Mayor. Consideraron que la llegada del AVE era el momento idóneo y después de varios años de protestas y movilizaciones de la Plataforma Pro-Soterramiento, hoy en día las vías han desaparecido de la ciudad. El caso de Murcia era muy similar al de Navalmoral de la Mata: se exigía el soterramiento de las vías del tren de alta velocidad AVE por considerar que la llegada del tren en superficie dividiría la ciudad en dos y aislaría a los barrios del sur.

En Almería el tren también irá por debajo. El ayuntamiento ha aprobado una partida para el soterramiento de las vías del tren por considerar que la ejecución de este proyecto es trascendental proyecto para la ciudad.

El naturalista Joaquín Araújo en la manifestación de Navalmoral el 9 de junio. FOTO: Rafael de la Fuente.

El pasado 9 de junio los vecinos de Navalmoral de la Mata salieron a la calle para exigir un tren que respete el actual corredor ferroviario y la estación histórica, pero con la condición de que se soterren las vías entre el paso superior de la rotonda de Rosalejo y la de los Sauces, en total unos 1.850 metros de longitud. Más de 2.000 personas se unieron a la protesta que recorrió las calles de Navalmoral con el apoyo de algunos personajes célebres, como el naturalista Joaquín Araujo. A pesar de que la obra se encuentra ya adjudicada, la plataforma “No al muro” no da por perdida la batalla y asegura que aún hay tiempo de hacer retroceder a Adif.