Entre ruidoso politiqueo hay quienes tienen una pizca de sentido común y se preguntan qué hemos hecho para merecer esto. La Extremadura de las cenizas, la del bombo y platillo, es ahora una desdichada novia en busca de pretendientes que nos arrojen un trozo de futuro para aquellos a quienes vamos a dar el relevo. Y digo lo del politiqueo porque aún hay quienes se alegran de que el Campo Arañuelo sucumba y se quede como escenario para el rodaje de películas del oeste, o lo que es lo mismo, para vestir santos.

La Central Nuclear de Almaraz -ahora energía verde- tiene los días contados, el cultivo del tabaco tiene sobre la cabeza el hacha de guerra de Bruselas y Marina Isla de Valdecañas está a la espera de demolición. Mucho o poco, todo suma, y los empleos caen desde lo alto del precipicio en la zona como aquellos pobres desgraciados a quienes pillaron los ataques del 11-S en lo alto del World Trade Center. No es el momento de entrar a valorar lo acertado o no de estos proyectos, pero hay que tener mala suerte para que todos ellos hayan sido acariciados por la polémica.

Y ahora viene el Gobierno y nos da la puntilla y deja sin ayudas el proyecto para una megafactoría de baterías para vehículos eléctricos en Navalmoral de la Mata. Sí, el mismo Gobierno de Pedro Sánchez, el que vino a Extemadura a presentarlo el 18 de julio, dice ahora que no es susceptible de recibir ayudas. Y sin ayudas, ya saben, no hay proyecto, ni 3.000 puestos de trabajo, ni 12.000 indirectos.

En unos días, cuando valoren las alegaciones, veremos en qué queda esto, que ha sido algo así como el cuento de la lechera. O como dicen algunos, han vendido la piel del oso antes de cazarlo. Nos hemos subido a un AVE que descarrilla una y otra vez incluso antes de entrar en funcionamiento. Los mal pensados hablan de la venganza de Pedro Sánchez y los agoreros dicen que se veía venir. Pero el ciudadano de a pie, ese que solo mira la política de reojo, lo único que quiere es un plan de futuro que alguien nos está robando. Y si nos siguen metiendo la mano en el bolsillo de esta manera Extremadura va a reventar. Porque no nos merecemos tanto improperio.