La Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex) prevé una campaña óptima de fruta de hueso en la región, con una producción ligeramente superior a la alcanzada en 2021 y también con buenas perspectivas en cuanto a calidad y ventas.

El gerente de Afruex, Miguel Angel Gómez, ha informado a Efe de que Extremadura podría alcanzar este año más de 300.000 toneladas de fruta, lo que representaría en torno a un 10 por ciento más que en 2021, aunque siempre “con la cautela necesaria, pues cualquier episodio de tormentas o granizo en los próximos días podría afectar a esta cifra”.

En el caso de la ciruela se espera superar las 100.000 toneladas este ejercicio, ha apuntado.

Gómez ha explicado que el invierno se ha desarrollado en condiciones óptimas para el cultivo, con el frío necesario, mientras que durante primavera la floración se desarrolló sin problemas al contarse con las temperaturas necesarias.

Sin embargo, las bajas temperaturas durante muchos días de las últimas semanas han hecho retrasar ligeramente el comienzo de la campaña, aunque se trata de fechas “recuperables” durante la temporada, ha manifestado.

De esta forma, la cereza comenzará de forma inminente y las variedades más tempranas de nectarinas o melocotones la semana que viene, mientras que el grueso de la producción arrancará a finales de mayo y principios de junio.

Además de las buenas perspectivas tanto en producción como en calidad del fruto, también hay expectativas óptimas para las ventas en un escenario en el que otros territorios productores no han conseguido o no esperan altas cifras de producción.

Una vez solucionada la problemática del mercado brasileño, fundamental para la fruta extremeña, que en 2020 vetó la entrada de ciruela exterior como consecuencia de una plaga que sin embargo no sufría la región, la situación internacional que más tiene en vilo al sector son diversos problemas logísticos.

En este sentido, ha expuesto que “preocupan” tanto la escasez de contenedores en el contexto internacional como su precio, hoy elevados, lo que podría encarecer las ventas exteriores.

Gómez ha aclarado que son cuestiones que “no tienen que ver con la guerra de Ucrania, sino con la situación actual del transporte a nivel mundial”.

Y ha puesto como por ejemplo la paralización del tráfico de contenedores en Sanghái (China).