Las ocho tablas de Luis de Morales, el «Divino», que se enmarcan en el retablo mayor de la iglesia de San Martín de Plasencia (Cáceres), que se vio afectada por un incendio en agosto de 2020, tardarán aún en recuperar todo su esplendor, ya que los daños son más severos «de lo que parecía».

Así lo ha señalado este martes en rueda de prensa el responsable de Asuntos Económicos de la Diócesis de Plasencia y comisario de la exposición de Las Edades del Hombre, Antonio de Luis.

De Luis ha indicado que el objetivo del Obispado placentino era que la rehabilitación de San Martín y su retablo estuviera acabada antes de la apertura de la muestra de Las Edades del Hombre, prevista para mediados de mayo, al objeto de que este espacio albergara algún ciclo de conferencias o de música.

«Los daños en el retablo son más de lo que a primera vista parecía, a lo que se ha unido que en tiempos de pandemia ha sido imposible encontrar la madera adecuada para proceder a su restauración y que las condiciones de humedad del templo tampoco favorecían su recolocación», ha agregado.

De esta forma, y a pesar del retraso acumulado en las obras de adecuación, Antonio de Luis ha señalado que es posible que la iglesia pueda abrir sus puertas durante julio «pero me temo que el retablo no estará colocado para entonces».

«El daño al edificio, al retablo y, por consiguiente, al patrimonio de Extremadura ha sido muy grande, y son muchos los técnicos que trabajan para salvarlo», ha afirmado.

La parroquia de San Martín es considerada una de las iglesias más antiguas de la ciudad de Plasencia, ya que el primitivo templo tardorománico data de la primera mitad del siglo XIII.

Pero sin duda alguna las protagonistas del templo son las ocho tablas de Luis de Morales, el «divino», que se enmarcan en el retablo mayor, una talla plateresca realizada por el entallador placentino Francisco Rodríguez.

Las pinturas fueron realizadas entre los año 1565 y 1570 y cuatro de las ocho tablas se atribuyen directamente a las manos y al pincel de Morales, como son la Anunciación, San Martín, la Visitación y la Circuncisión, mientras que los Santos Padres, la Natividad, la Epifanía y San Martín a caballo, habrían sido realizadas por maestros de su taller.

El incendio que se declaró el 2 de agosto de 2020 en el interior del templo, y que según indicó en su día el Obispado fue consecuencia de una «travesura de unos menores», causó dos grandes daños en el retablo, una obra muy significativa de lo que es la pintura manierista de Extremadura.

Por un lado, sufrió daños estructurales, ya que el calor hizo que girara y se venza.

Además, se vieron afectadas la pintura y el dorado, ya que el humo generó una capa grasa, que es muy opaca en la parte superior y va disminuyendo a medida que desciende hacia abajo.

El proyecto de restauración prevé la limpieza de paramentos de piedra y madera ennegrecidos por el humo del incendio a través de una técnica denominada de «hielo seco», con el fin de que la actuación sea lo menos agresiva posible.

También el desmontaje y sustitución del falso techo de madera en nave lateral del evangelio norte y de la cubierta y cobertura de la nave central, en las que se sustituirá la carpintería y una viga de madera en sacristía.