La Comunidad de Regantes de Aldeanueva de la Vera (Cáceres), junto a la Universidad de Extremadura, han promovido un campo de trabajo cultural y ambiental con el fin de recuperar las antiguas acequias o pesqueras de la zona.

Así, en varias jornadas de trabajo voluntario, se pretende involucrar a la población en la recuperación y puesta en valor de estas infraestructuras ligadas al paisaje y los modos de vida tradicionales de La Vera.

En este sentido, la Comunidad de Regantes de Aldeanueva de la Vera ha invitado a celebrar el Día Mundial del Agua -que se celebra el 22 de marzo- con este campo de trabajo para conocer este patrimonio y rescatarlo del abandono.

Después de la intervención sobre la pesquera de Los Poyos, en noviembre del pasado año, en colaboración con la Universidad de Granada, y ampliada en posteriores ocasiones por los propios regantes y voluntarios, ahora toca el turno a otras pesqueras de menor entidad.

De esta forma se actuará el 26 de marzo en la pesquera de Las Canas, de la cuenca de la Garganta de Cascarones; el 23 de abril, y en colaboración con el Centro Universitario de Plasencia, en Los Cardos; el 28 de mayo en Las Majadillas; y el 25 de junio en Los Toriles, estas tres últimas pertenecientes a la cuenca de la Garganta de San Gregorio.

En todos los casos se saldrá de la piscina natural de Aldeanueva de la Vera a las 9:00 horas.

El campo de trabajo va a consistir en acceder a las pesqueras portando las herramientas que tenga cada uno -azada, pala y pico- y las que pueda facilitar la organización.

Una vez en ellas, se procederá a limpiar de cualquier elemento que dificulte el tránsito del agua por la misma, así como recuperar espaldones, cogederos, refuerzos y que estuvieran deteriorados.

Los regantes veratos han reivindicado el papel que tienen los regadíos históricos y tradicionales para conseguir aminorar los efectos de la sequía y el cambio climático y revertir los procesos de fosilización del paisaje como consecuencia del abandono de prácticas agro-ganaderas ancestrales.

También han destacado que los regadíos tradicionales sirven para aumentar la disponibilidad de aguas subterráneas como recurso para la población y para consolidar la biodiversidad asociada a estos agrosistemas.