La villa de Portezuelo y su territorio. Sueños de historia[1]está unida a lade su castillo, del que se tienen noticias en el siglo IX y, probablemente, a partir de esta fecha, se iniciase la construcción del pueblo. El castillo se alza sobre la calzada romana denominada de Dalmacia, lugar estratégico por su proximidad a la Ruta de la Plata, aunque los restos hallados nos hablen de un poblado visigodo y quizás, anteriormente, de un posible asentamiento romano.  Fue elegido por los árabes para controlar el paso de los cristianos hacia la denominada “transierra” leonesa hasta las tierras del sur de la Península. Expulsados los árabes de la villa, esta inicia su crecimiento hasta convertirse en una de las encomiendas más importantes de la Orden de Alcántara, cuyo territorio se disputó con la Orden del Temple. El término poseía una de las dehesas de mayor extensión de la zona, la dehesa de Rehana, que le propiciaba una buena renta a la Orden. Además de esta dehesa, la encomienda estaba al cargo de dos ermitas: santa Catalina y Nuestra Señora de la Cuesta, afirman los autores en la Introducción de la obra.

La obra está estructurada en cuatro capítulos: “El medio natural”, “La historia”, “El patrimonio artístico” y “Tradiciones populares”, que se completan con la bibliografía y las imágenes para el recuerdo, que reflejan momentos de la vida cotidiana en la localidad.

Portezuelo es un municipio de la provincia de Cáceres adscrito a la comarca funcional de Coria. El casco urbano está situado a 158 metros de altitud en la falda norte de la cordillera Oretana. Durante la dominación romana, la calzada de la Dalmacia atravesaba el puerto de la sierra de Portezuelo, al que debe su nombre, aunque en sus inicios fue conocido como Portilloy, más tarde, como Portichuelo, que le viene del puerto. Desde el portillo se controlaba el puerto que daba acceso a la ciudad de Coria. Este nombre fue evolucionando hacia Portichuelo y después hasta Portezuelo, como se le conoce en la actualidad.

La principal actividad económica de la localidad es la ganadería, especialmente el ovino, caprino y bovino. La superficie labrada ocupa el 10 por ciento del término municipal, destacando los cultivos herbáceos y el olivar. Actualmente, Portezuelo tiene una población de 218 habitantes. La casa popular responde a un esquema generalizado de viviendas con dos plantas, un corral y una cuadra en la zona posterior. La villa contó con tres fábricas de hilados que subsistieron hasta la primera mitad del siglo XIX y varios molinos. A tan solo 5 kilómetros se encuentra el famoso convento franciscano de la Purísima Concepción de El Palancar, en Pedroso de Acim, conocido como el monasterio más pequeño del mundo, donde san Pedro de Alcántara construyó un monasterio que sería el eje de la reforma de los franciscanos descalzos. La encomienda de Portezuelo comprendía el lugar denominado “El Arquillo”, que aparece ligado a Portezuelo en 1532, y que en la actualidad pertenece a Cañaveral.

El origen de la población se remonta a la Prehistoria, ya que en sus inmediaciones se han hallado dólmenes. También se tiene constancia de que en las proximidades del pueblo hubo asentamientos mineros romanos. La cercana población de Torrejoncillo (torre pequeña) era un punto estratégico primordial en el sistema defensivo de la calzada Dalmacia, que servía de enlace con el probable baluarte romano que existía en Portezuelo. El baluarte defensivo, conocido popularmente como castillo de Marmionda, nombre que se debe a una princesa mora, hija del señor del castillo, enamorada de un capitán cristiano que guerreaba contra las tropas de su padre, fue construido para controlar el territorio, en el camino de Coria a Alconétar, para cerrar el acceso al valle del Tajo y su cruce a través del vado de Alconétar. El castillo fue conquistado por Fernando II de León en 1166 y entregado a los Templarios, que no lo pudieron conservar mucho tiempo, al caer de nuevo en manos de los árabes, con la incursión de Abu Jacob, en 1196.

Entre los edificios religiosos de la localidad destacan la iglesia de santa Marina, de la primera mitad del siglo XIII; la ermita del Cristo del Humilladero, documentada en el siglo XVI; la ermita de santa Ana; la ermita de los Mártires; la ermita de santa María de la Fortaleza; las de santa Catalina y san Miguel. Y entre los edificios civiles sobresalen el hospital, documentado en el siglo XVI; el cementerio, de 1872; el ayuntamiento, la cárcel y el pósito; las cruces de término y cruceros; y el rollo jurisdiccional, de inicios del XVII.

Las principales fiestas populares son: la de los santos mártires san Sebastián y san Fabián, con orígenes en el siglo XVI; las Candelas, el 2 de febrero; y la fiesta de la Asunción, el 15 de agosto.

Entre los ritos, mitos y leyendas, Félix Barroso Gutiérrez da a conocer la leyenda en torno a la festividad de san Sebastián: la alcaldesa de Portezuelo, María Victoria Galindo, dio a conocer en febrero de 1985 una loa compuesta y recitada por Narciso Galindo González, vecino de la localidad, con motivo de haberse librado su hijo Pedro de una desesperada enfermedad. Jesús Sierra Bolaños narra la leyenda de Maimonda, ampliada por Florentino Escribano Ruiz en “La leyenda de Marmionda y el caballero leonés”.

La idea de escribir la historia de Portezuelo surgió del médico cacereño Alejo Leal, con lazos familiares en la localidad, cuyo Centro Médico de Traumatología y valoración del daño corporal en Cáceres ha patrocinado la edición de la obra.

 


 

[1]Vid.: Leal Muro, Alejo; Ramos Rubio, José Antonio y García Ballestero, Óscar: La villa de Portezuelo y su territorio. Sueños de historia; prólogo de Isabel Bacas Leal, artículo introductorio de Alejo Leal Muro y Presentación de Ángel Iglesias Gómez, alcalde de la localidad;  Iberprint, Montijo, 2021, 428 págs.