La provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz ha puesto a disposición de las autoridades civiles diversas instalaciones por toda la región para acoger a los refugiados ucranianos que llegue a Extremadura «que están sufriendo de forma despiadada las consecuencias de un conflicto bélico».

Las gestiones se realizan través del Consejo Regional de Cáritas que, a través de las Cáritas Diocesanas, que cuenta con amplia experiencia en el sector de la acogida y el acompañamiento a inmigrantes y refugiados y en el tratamiento de situaciones de emergencia.

Así lo ha hecho saber al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández, el nuevo obispo de Coria-Cáceres, Jesús Pulido, en el transcurso de un encuentro que han mantenido en Mérida.

«Como provincia eclesiástica de Extremadura hemos querido sumarnos con este ofrecimiento a todas las personas y entidades que sienten angustia y preocupación por la situación y están poniendo todos los medios a su alcance para ayudar a quienes más lo necesitan», ha destacado Pulido al finalizar el encuentro con Vara.

El prelado ha destacado que la guerra «es algo que ya hemos aprendido que no lleva ninguna parte, que solamente genera destrucción y que nadie gana, pero por desgracia me parece que no aprendemos».

En el caso de la Diócesis de Coria-Cáceres, se ha puesto como ejemplo las instalaciones de la calle Clavellinas, el antiguo hogar sacerdotal, que dispone de 30 habitaciones, salones, cocina y otras instalaciones para la acogida de los refugiados que lleguen hasta la ciudad de Cáceres, y se ofrece a colaborar a través de las Cáritas Diocesanas en la acogida y acompañamiento de estas personas.

La Iglesia ha puesto en marcha una campaña de emergencia para recaudar fondos para ayudar a paliar la situación de este desastre humanitario que se está produciendo en el seno de Europa.