Investigadores del Departamento de Física de la Universidad de Extremadura (UEx) han ideado y diseñado un modelo para recuperar pequeñas partículas procedentes del espacio exterior de una forma más cómoda al evitar que la persona se agache.

Se trata de un primer prototipo de fácil fabricación y muy bajo coste, recientemente concedido por la Oficina Española de Patentes y Marcas, que proporciona mayor seguridad y permite que no haya caídas, ya que estas finas partículas suelen estar en lugares altos como tejados y canalones, según ha informado este martes la institución académica en una nota.

José Manuel Vaquero, María Cruz Gallego Herrezuelo e Irene Tovar Hernández son los autores de este modelo de utilidad denominado “dispositivo para recuperación de micrometeoritos”.

Según explica, los micrometeoritos son trozos de rocas originarias del espacio inferiores a un milímetro de diámetro, aunque en su mayoría tienen entre 0,2 y 0,4 milímetros.

Si ya es difícil encontrar un meteorito, esta dificultad aumenta de manera considerable cuando se trata de micrometeoritos, unas pequeñas partículas que tienen un “gran interés científico”.

En concreto, permiten estudiar la concentración de polvo en el sistema solar y analizar la composición de muchos cuerpos de los que no se dispone de muestras en meteoritos, ya que la mayor parte de los cuerpos que caen a la Tierra son micrometeoritos.

Este análisis de los cuerpos interplanetarios ayuda a los científicos a estudiar la evolución del sistema solar.

Los micrometeoritos constituyen la mayor parte del material que la Tierra recoge del espacio exterior y, en promedio, cada año cae un micrometeorito por metro cuadrado en la superficie del planeta.

La mayoría son rocosos y no tienen propiedades magnéticas, aunque son difíciles de encontrar al estar en lugares remotos sin contaminación donde las partículas están atrapadas, como en el hielo de la Antártida.

Los científicos centran su búsqueda en micrometeoritos metálicos con propiedades magnéticas, que suelen tener níquel o hierro en su composición, por lo que el sistema de recogida tiene un imán fijado a un cabezal basculante.

Los investigadores han destacado que las rocas del espacio exterior se diferencian de las otras partículas porque, a su paso por la atmósfera, toman unas geometrías características, normalmente bastante esféricas.