Mejor la negociación que la guerra. Los conflictos armados, las guerras, constituyen un error humano colosal, ponen de manifiesto un fracaso de los seres humanos, una abdicación de su racionalidad y un abandono de sus sentimientos. Racionalidad y sentimentalidad, cualidades humanas, que juntas  podrían haber dado el paso para un entendimiento entre las partes en conflicto, han sido dejadas de mano.

La guerra es destrucción y muerte. Por eso,las guerras no conducen a ninguna parte, sólo al vacío , la nada, la desolación , la inanidad, la pérdida irreparable de seres humanos, de bienes, de ecosistemas…

Por el contrario, los conflictos que se solucionan con racionalidad y corazón, ¨poniéndolo todo en el asador” forman los eslabones de la cadena humana que apuesta por la perpetuación de la vida.