(Hacia una ecología de la atención).

La ciudadanía de Navalmoral de la Mata protesta; este tren, en superficie, no es viable para la ciudad. Y lo reconocen todos los técnicos, profesionales e instituciones consultadas. Reconocen que, dado que es una infraestructura estatal, de interés general y duradera, debe ser contemplada como lo que es: una obra de ingeniería y de urbanismo, a la cual hay que darle la mejor solución técnica posible, incluyendo el debido coste de gasto y beneficio tanto económico como social.

¿Tendremos que explicar al Ministerio que Navalmoral de la Mata es la tercera ciudad de la provincia de Cáceres y que por ella pasa la única línea de conexión con la región? ¿Alguien lo ha defendido de esta manera? ¿Acaso deseamos que llegue el tren lo antes posible destruyendo Navalmoral de la Mata?

Desde luego la Plataforma cívica se fundó para llamar la atención a unos y otros de los grupos políticos, tanto en la Asamblea de Extremadura como en el Ayuntamiento moralo, que la solución no era una cuestión personalista de un diputado determinado o de un alcalde equivocado, sino exclusivamente técnica.

Desde la Plataforma Cívica también se llamó la atención de cómo se estaban resolviendo casos parecidos en otros lugares, no para defender que todas las líneas ferroviarias en España a su paso por la ciudad deberían estar soterradas, sino para demostrar que económicamente era posible soterrar allí donde hiciera falta.

El proyecto en superficie que el Ministerio encargó a Adif, en el año 2018 y se presentó en 2019 con importantes aportaciones desde el equipo de arquitectos y arquitectas locales y la facilitación del propio Ayuntamiento de la ciudad.

Para entonces, todo el mundo tenía ya claro que el soterramiento para Navalmoral de la Mata, aportaba accesibilidad, seguridad, permeabilidad total y resolución de la intermodalidad, además de permitir potenciar los recursos de la parte norte de la ciudad, construir un bulevar y revitalizar el comercio interior.

La Plataforma Cívica consigue, semana a semana, con múltiples actos informativos y culturales explicar de qué se trataba el proyecto técnico que se había encargado y la solución que era más favorable. Se consiguieron 10.000 firmas de Navalmoral y comarcas vecinas y la alcaldesa Raquel Medina siguió haciendo gestiones ante Adif. Aun así, el proyecto definitivo fue aprobado en superficie en septiembre de 2021 y entró en licitación en noviembre del mismo año.

No sirvió para nada el pedir oficialmente, desde el Ayuntamiento moralo a Adif, un estudio de viabilidad técnica y económica para el soterramiento, aunque lo más grave llegó con la respuesta ante la petición argumentada. El análisis de las peticiones de soterramiento enviadas al Ayuntamiento (junio 2021) fue tan desproporcionado y falso que, sin haber hecho ningún estudio al respecto, llega a tener el atrevimiento de calcular un presupuesto desorbitado a fin de demostrar que el soterramiento es inviable. Se atreven a decir que le kilómetro de tren soterrado es de 34 millones, cuando el más caro, el gallego con 32 viaductos y 31 túneles sale a 27 millones (recientemente inaugurado).

Ante esa circunstancia, lo más lamentable de todo, fue el cambio de actitud del equipo de gobierno actual (PSOE y Ciudadanos) que cree a pie juntillas un argumentario sin ningún rigor técnico, y deciden que ya no se va a defender mas el soterramiento, sin más explicaciones.

¿De quién han recibido la orden política para ello? ¿Acaso ha habido una orden superior del entonces ministro de Fomento Jose Luis Ábalos (también ministro de Transportes, Movilidad, y Agenda Urbana en 2020) y secretario de Organización del PSOE, de no responder a las demandas de una ciudad minúscula dando lugar así a tener que corresponder a otras demandas similares en el resto de España? Desde luego Raquel Medina nunca ha conseguido tener una reunión con el Ministerio y el presidente extremeño ha dejado a la propia Consejería de Movilidad, Trasporte y Vivienda la última gestión.

¿En qué situación nos encontramos ahora?

El 15 de diciembre de 2021 Adif publica, en la Plataforma de Contratación del Estado, un listado provisional de las empresas que habían presentado ofertas, tanto para la construcción de la Plataforma como de la Remodelación e Integración de la Estación. En el presupuesto base de licitación (poco más de 63 millones) no se incluye el resto de los elementos como balasto, traviesas, railes, catenaria y sistemas de seguridad para que el tren rápido sea una realidad.  De momento solo queda proceder la empresa adjudicataria definitiva, que deberá publicarse en BOE.  El plazo máximo de ejecución de esas dos obras es de 36 meses (tres años), plazo que tendrán que ampliar para la puesta a punto definitiva (¿Tres años más?). Para el año 2027 ya estaría realizada la obra de soterramiento.

¿Por qué desde el 2019, se han perdido dos años para que la única   solución del tren rápido, la del soterramiento a su paso por la ciudad, estuviera aprobada?

Cierto que la pandemia ha complicado un seguimiento sereno y decidido para demostrar que es viable técnica y económicamente el soterrar 2 Km dentro del casco urbano de Navalmoral de la Mata. Y decimos “tiempo perdido” porque el proyecto aprobado sigue adoleciendo de múltiples defectos de encaje urbanístico dados los requerimientos que la nueva legislación relativa tanto a la accesibilidad, como a la perspectiva de género y seguridad, como a los recorridos peatonales y ciclistas impone a este tipo de infraestructuras.

La propia legislación dice explicativamente respecto al proyecto de superficie aprobado lo siguiente:

“Debe evitarse rutas peatonales segregadas y pasos subterráneos”

“Debe evitarse muros”

“Debe evitarse entrantes o salientes que corten visuales y sean percibidos como potenciales escondrijos”.

“Los sistemas generales urbanos de nueva creación deberán contar con desplazamientos peatonales y ciclistas”.

Y es que, a estas alturas, la propia alcaldesa, Raquel Medina, reconoce explícitamente la chapuza del proyecto en superficie a pesar de seguir negando el soterramiento. Y lo reconoce cuando en pleno proceso de licitación determina pedir una nueva reunión con Adif (12 de enero de 2022) para plantear nuevas modificaciones en un proyecto imposible de asumirlas. Y encima eleva, con las cuatro propuestas planteadas, a 20 millones más el presupuesto aprobado, a sabiendas que quizá por mucho menos se construye el de soterramiento.

Por tanto, no es de extrañar que la Plataforma Cívica le vuelva a recordar a la alcaldesa de la ciudad su responsabilidad, exigiendo la explicación pública de los múltiples benéficos económicos y sociales del proyecto en superficie que tanto defiende.

¿ El equipo de gobierno municipal , lo hará con talante democrático o intentando silenciar a la Plataforma No al muro, Soterramiento ya? Las elecciones municipales están muy próximas.