La Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex) ha señalado que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.000 euros, acordada entre Gobierno y sindicatos, es una “mala noticia” que va a afectar a la creación de empleo, y ha criticado la falta de lealtad del Ejecutivo de Pedro Sánchez hacia el diálogo social al pactar la medida exclusivamente con la parte sindical.

“Más allá de que puntualmente pueda beneficiar en el corto plazo a las personas que tienen menos retribución y están fuera de convenios colectivos negociados bilateralmente, este incremento del SMI va a generar un efecto dominó que provocará la indexación de todos los costes salariales y, a la postre, una subida del IPC, que ya sabemos que es un lastre para el crecimiento económico”, ha explicado Javier Peinado, secretario general de la Creex.

“Esto se va a plasmar, si no en una destrucción directa de empleo, sí en un freno a la creación de nuevos puestos, especialmente en territorios como Extremadura», ha dicho Peinado, que ha recordado que esta subida viene precedida de incrementos que han llegado al 30% desde 2019 que han tenido que asumir las empresas, y que además se suma a un incremento en las cotizaciones sociales aparejadas a los salarios, de manera que el coste por empleado para las empresas es muy superior a los 1.167 euros mensuales que cobrará el trabajador, y se elevará por encima de los 1.500 euros mensuales.

“Mientras se exige esto a las empresas, el Gobierno sigue incumpliendo su compromiso adquirido en 2019 de indexar los contratos públicos a esta evolución de los salarios”, ha indicado el dirigente empresarial, quien ha criticado que tampoco se ha tenido en cuenta que, antes de esta subida, en ocho comunidades autónomas, entre ellas Extremadura, el SMI ya superaba el 60% del salario medio.

Peinado se ha mostrado especialmente preocupado por el impacto en las empresas y autónomos de la región “ya que esta subida, que se une a la de septiembre, es inasumible por razones de viabilidad para sectores especialmente vulnerables, como el agrícola y aquellos intensivos en mano de obra como limpieza u hostelería, que llevan años soportando sobrecostes, y están siendo golpeados por el alza de precios de energía o suministros.

También ha criticado la poca lealtad del Gobierno con el diálogo social “al que se agarran cuando les interesa, cuando quieren ponerlo en valor, pero cuando les parece lo desdeñan y puentean a las organizaciones empresariales, haciendo una negociación a dos bandas entre sindicatos y el propio Gobierno”.