La Corporación de Empresarios y Autónomos de Extremadura (CEADE) ha mostrado su preocupación por la última sentencia que obliga a la demolición del complejo de Valdecañas y que puede ser un mensaje que, sumada a otras varias actuaciones, espante a los inversores que quieran venir a la región.

Para ilustrar estas palabras, el presidente de CEADE, Diego Hernández, ha recordado que en los últimos tiempos, además de esta sentencia, se ha conocido otra contraria a plantas solares de Cáceres, un desistimiento de eólicas en Trujillo, negativas a inversiones mineras e incluso dificultades a un centro budista.

La sensación es que en Extremadura es imposible materializar cualquier iniciativa, sea cual sea su naturaleza, algo que no se puede consentir en la tan cacareada España Vaciada y en una región que no está industrializada y que sufre la sangría poblacional de los jóvenes por la falta de oportunidades.

Desde CEADE se ha pedido a la Junta de Extremadura que trabaje para ofrecer seguridad jurídica y que libere suelo protegido en la región para poder acoger inversiones, porque de seguir en la misma línea nadie va a querer iniciar aquí proyectos y no podemos permitirnos ese lujo. “Esta es la imagen más negativa que se puede dar de nuestra región al exterior, se ha añadido”.

La organización empresarial sostiene que «no puede ser que la comunidad con las dos provincias más extensas de todo el país y con una de las densidades de población más baja de toda España no encuentre suelo para desarrollar proyectos».

Para el presidente de CEADE es un disparate que tengamos 1,2 millones de hectáreas de suelo protegido con 71 Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPAS), 89 Lugares de Importancia Comunitaria (LICs) y luego no se puede desarrollar ni una sola oportunidad para los extremeños. A este paso, ha recordado Diego Hernández, la especie en peligro de extinción va a ser la de los jóvenes.

«Si queremos luchar contra la despoblación y el envejecimiento tenemos que ofrecer oportunidades y no poner trabas a todo. El ejemplo más claro está en el municipio del Gordo que desde 2003 hasta 2021 incrementó su población un 39%, gracias a Valdecañas. Ahora su futuro es incierto nuevamente», ha indicado la organización a través de un comunicado en el que ha pedido seguridad jurídica y que se libere suelo para acoger inversiones porque, de no cambiarse la dinámica, Extremadura será la última reserva de occidente con el humano como especie más amenazada.