Las llamadas «terrazas covid», nuevas o ampliadas, avaladas por muchos ayuntamientos para salvar a bares y restaurantes del cierre al que les abocaban las restricciones anticovid, se mantienen todavía, aunque con condiciones, en ciudades de más de media España, entre ellas Madrid y Barcelona, pese a las quejas vecinales.

Unas quejas, por el ruido y otras molestias, como la falta de espacio para aparcar que implica la invasión de algunas calles por mesas, sillas y estufas de gas, que ha llevado a manifestaciones y a protestas más originales, como el movimiento vecinal «Todo al rojo» de Logroño, que colgó de las ventanas ristras de pimientos de este color para mostrar su malestar.

El Ayuntamiento de Madrid aprobó esta semana una ordenanza de terrazas propuesta por el Gobierno de PP y Cs, que permitirá a las que estén en bandas de estacionamiento mantenerse este año y el próximo, aunque sólo hasta la medianoche y no en las denominadas «zonas saturadas», que incluyen las cercanías de residencias o centros sanitarios.

En Barcelona se han concedido más de 3.600 licencias «extraordinarias» para instalar nuevas terrazas y ampliar las existentes por la pandemia, lo que prácticamente supuso doblar las existentes en 2019, y en 2021 se aprobó una modificación de la ordenanza para que las licencias puedan «consolidarse», aunque deberán hacerlo en una terraza en plataforma y el consistorio podrá impedirlo en zonas que considere saturadas, como la calle Enric Granados.

En Valencia, se autorizaron las ampliaciones de terrazas al inicio de la pandemia, en marzo de 2020, y se dieron 670 que estuvieron funcionando hasta el 12 de octubre de 2021, pero desde entonces, no hay ninguna ampliación y las terrazas funcionan como antes de la pandemia y en las mismas zonas de siempre, si bien el Ayuntamiento ha agilizado el procedimiento para conceder las licencias.

En Sevilla, el Ayuntamiento ha decidido esta misma semana mantener las plataformas de veladores instaladas en plazas de aparcamiento, una medida que los hosteleros piden que continúe mientras persista la pandemia. En Cádiz, la llegada de la pandemia hizo que el gobierno local, de Adelante Cádiz, que siempre había sido muy beligerante con la recuperación del espacio público para el peatón y la bicicleta, relajara la aplicación de su ordenanza y muchos bares y restaurantes pudieron ampliar sus mesas y sillas al aire libre.

El Ayuntamiento de Zaragoza, que permitió la instalación de veladores en la calzada -hoy existen 497 plataformas en las zonas más céntricas- a cambio de adelantar media hora el cierre e instalar sonómetro, cobrará ahora a bares y restaurantes una tasa de veladores más alta para compensar la merma en la recaudación de la zona azul de los aparcamientos que ocupan.

También el Ayuntamiento de Palma permitió a los establecimientos de hostelería instalar terrazas en plazas de aparcamiento, hasta las 23 horas, cuando empezó la primera desescalada, aunque en su caso excluyó las «zonas de especial protección acústica» como La Lonja o el barrio de Sa Gerrerialo y lo mantuvo hasta el 30 de septiembre de 2021. Otros municipios, como Manacor o Llucmajor, también han puesto fin ya a estas medidas de apoyo al sector.

Igualmente desde la primera desescalada de la pandemia, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria autorizó las «terrazas exprés», hasta un total de 1.108, llamadas así porque se autorizaban por un procedimiento muy abreviado, y, aunque ha intentado volver a la normalidad de la ordenanza previa, la presión del sector empresarial le ha llevado a mantenerlas todas e incluso ahora ha abierto un procedimiento de legalización.

En Bilbao se mantendrán las terrazas ampliadas, unas 850, mientras dure la situación sanitaria actual, y se quitarán en cuanto acabe la pandemia, pese a que, las Asociaciones Vecinales pidieron en octubre que se retirara su concesión para poder «recuperar las aceras, entrar en los portales y disminuir el ruido». En San Sebastián estaba previsto volver a la situación anterior al inicio de este 2022, pero la mala evolución de la pandemia ha llevado a la prórroga, y en Vitoria se ha duplicado el número de terrazas previo a la covid.

Con la llegada de 2022 han dejado de estar en vigor los decretos que daban una mayor flexibilidad a la superficie que podían ocupar las terrazas en Valladolid, pero se podrán renovar las autorizaciones para ocupar plazas de aparcamiento. Pese a la contestación vecinal, al menos parte de las medidas excepcionales se mantienen también por ahora en Zamora, Burgos, Palencia, León y Segovia.

Tras un periodo transitorio en el que los ayuntamientos permitieron ampliar las terrazas e incluso instalarlas donde no las había para favorecer la actividad, en Asturias ya se ha vuelto a la situación anterior, en octubre en Gijón y a principios de noviembre en Oviedo.

En Navarra, las cifras de facturación de la hostelería en septiembre, octubre e incluso noviembre invitaban al optimismo, lo que llevó a suprimir las terrazas covid, muchas de ellas ya cerradas aunque las concesiones finalizaban el 7 de enero. En Pamplona han proliferado por toda la ciudad y, para evitar molestias, han sido terrazas sin música, con aforos reducidos, controladas, y con protocolos y horarios muy estrictos.

El Ayuntamiento de Logroño prevé recuperar los espacios prepandémicos a lo largo del primer trimestre en función de la evolución de la covid-19, mientras se mantiene el descontento vecinal por los ruidos, molestias y ocupación del espacio público, a pesar de que por ejemplo en la tradicional zona de tapas Laurel, no han podido instalar terrazas por la falta de espacio y muchos bares optaron por cerrar.

En Badajoz, el Ayuntamiento decidió no prorrogar en 2022 la medida excepcional que permitía aumentar el espacio de las terrazas, mientras que en Plasencia se mantendrá en vigor hasta que la situación sanitaria mejore y el alcalde ha propuesto que las mesas y sillas que llenan buena parte de la Plaza Mayor se mantengan en el futuro «siempre y cuando los hosteleros quieran», algo muy criticado por los vecinos.

Las restricciones en la hostelería derivadas de la pandemia del coronavirus han llevado en la ciudad de Murcia al aumento de un 75 % del número de terrazas, que han pasado de 400 en 2019 a casi 700 en la actualidad, a las que se suman 195 ampliaciones de las ya existentes. En Cartagena, hay una exención de la tasa de terrazas mientras haya medidas restrictivas de aforos.

En Galicia, en municipios como Ferrol o A Coruña, también se eximió el pago de la tasa de terrazas y se permitió ampliar el espacio en la calle para ayudar a los establecimientos. El sistema tuvo una gran acogida tanto por parte de los hosteleros como de los ciudadanos y se decidió mantener terrazas en plazas de aparcamiento por el impacto positivo en la humanización del espacio público y dinamización de la economía.

En Santiago de Compostela, la autorización, aprobada mediante la modificación de la Ordenanza Municipal de Terrazas e Quioscos de Hostalería, se ha estado extendiendo debido a la pandemia y actualmente está vigente hasta el 30 de abril.