Un joven de 24 años de edad ha resultado herido con lesiones graves tras haber recibido varios pinchazos supuestamente provocados por un hombre de 31 en el transcurso de una reyerta que tuvo lugar durante la madrugada de Año Nuevo en el municipio cacereño de Mohedas de Granadilla.

Agentes de la Guardia Civil del Equipo de Personas-Homicidios, pertenecientes a la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de Cáceres, han detenido al agresor como presunto autor un delito de lesiones graves causadas al otro hombre en la madrugada del pasado día 1 de enero, cuando se encontraban en las inmediaciones de un local de ocio nocturno de esta localidad.

Los hechos tuvieron lugar en plena vía pública, en los exteriores del local, y la víctima recibió varios pinchazos en distintas partes del cuerpo que en un principio se pensó que habían sido provocados por un arma blanca. Sin embargo, a medida que avanzaba la investigación se pudo constatar que las heridas fueron provocadas con el filo de un objeto “tipo botella o vaso fracturado”. La víctima recibió el pinchazo de mayor gravedad en la zona del abdomen.

La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Cáceres se hizo cargo de la investigación para tratar de esclarecer los hechos e identificar al supuesto responsable de los mismos. El suceso ha causado gran alarma social en este municipio de apenas 850 habitantes y la investigación se ha desarrollado en medio de un gran hermetismo debido a la nula colaboración de los testigos a la hora de prestar declaración sobre lo sucedido.

El curso de las investigaciones permitió obtener indicios que hacían presumir que el autor de los hechos era un vecino de la misma localidad que mantiene desde hace tiempo enemistad y rencillas con la víctima. La Guardia Civil pudo averiguar que incluso había denuncias cruzadas entre la víctima y el agresor, algunas de las cuales se habían dirimido en sede judicial, mientras que otras se encontraban aún pendientes de resolución por esta misma vía.

Tal ha sido el hermetismo con el que se han desarrollado los hechos que incluso la propia víctima se negó en un principio a identificar al presunto autor de los hechos. Asimismo, y a pesar de que fueron presenciados por una multitud de personas, los agentes se encontraron con la negativa a colaborar en la investigación de la mayoría de los testigos que se encontraban tanto en el local, como en los accesos al mismo. La Guardia Civil ha podido constatar que cuando tuvo lugar el suceso habría unas 60 personas que guardaban un receloso silencio sobre lo ocurrido y no colaboraban en las indagaciones que se realizaban; el motivo principal que han esgrimido los testigos es el mal carácter y el temor que infundían las dos personas implicadas.

Los agentes han destacado que el esclarecimiento de los hechos ha supuesto «una laboriosa investigación» en la que se han tenido que tomar numerosas y diferentes testificales. Ha sido necesario tomar declaración a más de 20 testigos hasta lograr, a través del análisis de la información recibida, la identificación del presunto autor, añadiendo a ello la dificultad en la obtención de diferentes indicios en el lugar de los hechos.

Finalizada la fase de investigación de los hechos, los agentes procedieron a la explotación de la que se ha denominado “Operación Mastigio”, una vez obtenidos los indicios necesarios acerca de la autoría de los hechos. A continuación se instruyeron las correspondientes diligencias por la supuesta comisión de un delito de lesiones graves, procediendo, el pasado lunes, día 3 de enero, a la detención del presunto autor de los hechos, que fue puesto a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Plasencia.