El cadáver de Pablo Sierra, el joven estudiante de Matemáticas de 21 años de edad desaparecido durante la madrugada del pasado 3 de diciembre, ha aparecido en el río Guadiana en Badajoz, según han confirmado fuentes oficiales.

Los equipos especializados de la Policía Nacional han hallado a las 10.09 de esta mañana el cuerpo sin vida del joven desaparecido hace 15 días atrapado en un junco en la zona conocida como El Pico del Guadiana. Pablo Sierra se encontraba en paradero desconocido desde el pasado 3 de diciembre y desde el pasado martes, efectivos del Grupo Especial Operativo (GEO) de la Policía Nacional habían retomado las labores de búsqueda del estudiante de Matemáticas en el zona conocida como El Pico, donde fue hallado el móvil en las primeras horas del viernes 3 de diciembre, poco después de que se denunciase su desaparición. Además, el miércoles se sumo a la búsqueda una unidad especializada canina y se mantenían abiertas todas las líneas de investigación y no se descarta un suceso de carácter accidental, según han informado a Efe fuentes de la investigación.

El jueves, 9 de diciembre, trascendió que el joven pudo haber sufrido una agresión, ya que su teléfono móvil fue encontrado manchado de sangre. Tras el hallazgo, numerosos efectivos estuvieron durante tres días peinando las inmediaciones del Río Guadiana y el cauce del río en las inmediaciones del lugar en el que fue encontrado el teléfono. Sin embargo, el lunes, 6 de diciembre, comenzó a buscarse a Pablo Sierra en otras zonas de la ciudad, como las inmediaciones de la Residencia Universitaria Rucab y en barriadas como las Cuestas de Orinaza, La Luneta, el Fuerte de San Cristóbal o Suerte de Saavedra. En los últimos tres días, agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional reanudaron la búsqueda en la zona del río en la que apareció el teléfono del joven de 21 años de Zorita

El joven salió en la jornada del jueves a divertirse con unos amigos pero nunca regresó a la Residencia Universitaria Rucab de la capital pacense, en el número 1 de la calle Pablo Sorozábal. El joven, natural del municipio cacereño de Zorita, estuvo en el casco histórico de Badajoz y se despidió de un amigo hacia las 2.00 de la madrugada. Le dijo que tomaría un taxi para regresar a la residencia, pero no se ha podido concretar si finalmente lo hizo, si se subió a un autobús o decidió ir caminando. Según ha trascendido, minutos antes, la víctima tiró al suelo de forma involuntaria el móvil de otro joven, quizás por un tropiezo, aunque Pablo Sierra le dijo que no se preocupase y que se haría cargo de la reparación.

Tan solo unas horas después de su desaparición, el viernes, 3 de diciembre, el terminal móvil de la víctima fue hallado por un militar fuera de servicio mientras paseaba a su perro. El teléfono apareció en la zona Las Crispitas, en el paraje conocido como el Pico del Guadiana, a más de 3 kilómetros de distancia de donde se vio a Pablo Sierra por última vez y en dirección opuesta a la residencia universitaria donde debería haber regresado para dormir.

El Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz ha decretado el secreto de sumario sobre el caso que investiga la desaparición del joven estudiante de Zorita. La Policía Judicial tiene sus esperanzas depositadas en numerosas cámaras de videovigilancia que podrían haber captado los movimientos del joven de Zorita desde que fue visto en las calles Zurbarán y Arco Agüero, en la zona centro de la ciudad, hasta el lugar en el que apareció el terminal móvil.

La Policía Nacional también ha tomado muestras de ADN en diversos objetos propiedad del joven estudiante, como su cepillo de dientes o su peine y se están estudiando los restos de sangre hallados en su terminal móvil. Las pruebas de ADN serán determinantes en la investigación y permitirán aclarar muchas dudas sobre el suceso que mantiene conmocionados a los extremeños.