No le gustan las aceitunas, pero cuando las ve en el árbol se pone nervioso; tanto que se han convertido en una obsesión para él. Es Francisco Martín (Caminomorisco, Las Hurdes, 64 años de edad), aunque todo el mundo le conoce como «Águila Negra». Y su reto, año tras año, es continuar siendo el recolector de aceitunas más rápido del mundo.

Su último récord consistió en recolectar 209 kilos en una hora, o lo que es lo mismo, unos 3,5 kilos por minuto. Toda una proeza. Pero no es la única. En el año 2001 recolectó 1.797 kilos en 12 horas. Y cuanto más se prolonga la competición, mejor, porque otra de sus hazañas consistió en recoger del árbol 2.716 kilos en 24 horas.

«No se trata de que el olivar sea grande, sino de que esté limpio y tenga muchas aceitunas», sostiene este hurdano que está dispuesto a jugarse 3.000 euros con cualquiera que pretenda medirse con él. «Pero que no me pongan un chaval de 24 años, que yo le sacaría 40 de diferencia y soy mucho mayor que él», advierte.

El Águila Negra vive en Caminomorisco, hace mucho deporte, no fuma y es el campeón de recolección de aceitunas del mundo. Eso lo dice él, pero también un acta notarial con unos registros que, hasta la fecha, nadie ha logrado superar. Antes iba a Lérida a la campaña de frutas y a la cereza. Pero reconoce que en la recolección de cerezas no es el número 1, aunque sí se encuentra entre los 10 mejores del mundo.

«Lo mío es potencia, y la cereza es muy blanda», dice Francisco Martín, tan rápido recogiendo frutos del árbol que puede dañarlos. Hace unos días le salió un competidor de Badajoz, pero no pudo con él. Y es que el Águila Negra convierte sus hazañas en todo un espectáculo.

«Esto me cuesta mucho dinero porque regalo camisetas y hago una merienda después para todos los que van al olivar y me apoyan», asegura este hombre que, a punto de jubilarse, está convencido de haberse ganado «el cariño de todo el mundo».

«Cobro lo mismo que otros recolectores, pero yo en la aceituna trabajo a destajo», dice. Eso quiere decir que su trabajo se ajusta por kilos, y cuanto antes acabe, mejor para todos.

«No hay nadie en el mundo que recoja 209 kilos de aceitunas en una hora», afirma el Águila Negra, que aclara que no hace esto por dinero, sino por orgullo. «Ni los ha habido ni los habrá que me puedan batir; a mis competidores les digo que cojan un notario para que dé fe y recojan lo mismo que yo».

Francisco Martín está convencido de que sus hazañas son una cuestión de aguante físico. Cuanto más dure la competición mejor. Y lanza otro reto: «Que venga el que quiera, pero tiene que tener 64 años como yo; me juego todo, casa, coche y lo que sea».

«La gente dice que estoy loco, porque hay que reconocer que cuando voy a recoger aceitunas me pongo como loco, porque voy a morir y me da igual, pero lo importante es que nadie me gane», dice el Águila Negra, convencido de que tiene que hacer deporte y mantenerse siempre en forma porque si no cuando llegue la campaña del año que viene no podrá afrontar un nuevo reto.