El Ayuntamiento de Cáceres ha anunciado la retirada de la antenas de telecomunicaciones que todavía quedan instaladas en la popular Torre del Reloj o del Trabajo, un elemento patrimonial construido en 1939 en el punto más alto de la ciudad y que presenta un gran deterioro.

De esta forma, el consistorio prevé resolver de forma desestimatoria las alegaciones presentadas por la empresa Retevisión sobre las antenas, cableados y receptores que tiene instalados en la citada torre e impulsar así su retirada.

El concejal de Urbanismo, José Ramón Bello, ha recordado que “se trata de un edificio protegido por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y que constituye una seña de identidad de nuestra ciudad, ya que puede verse prácticamente desde todas partes”.

Bello ha subrayado que “sufre graves daños, precisamente, por el peso y el desarrollo que han tenido estas antenas ahí colocadas”.

De hecho, el consistorio lleva años batallando por la retirada de las mismas.

“Durante estos meses”, ha incidido Bello, “han sido muchos los vecinos, asociaciones y colectivos que nos han pedido su retirada”.

El edil ha explicado que “la autorización para la colocación de estas antenas procede del pleno del 11 de mayo de 1982 con un convenio que fue aprobado por el ayuntamiento en febrero de 1989, por lo que ha transcurrido un tiempo adecuado y las tecnologías se han desarrollado lo suficiente para que se puedan proponer nuevas ubicaciones» sin que haya ningún menoscabo en la recepción de la señal de televisión.

Por todo ello, “se van a desestimar las alegaciones que ha ido formulando en este tiempo dicha empresa y se va a acordar la extinción de esas autorizaciones de los años 80 para requerir a la compañía que, en el plazo de tres meses”, se proceda a la retirada de todas las antenas receptoras, equipos reemisores y restantes aparatos de difusión que en su propiedad tenga instalados en este inmueble de titularidad municipal.

“Cáceres es una ciudad que procura que su patrimonio se encuentre en óptimas condiciones, y este emblema debe seguir conservándose para su disfrute por parte de las generaciones venideras, ha concluido Bello. EFE.