Aunque generan algo de suciedad en el exterior de las viviendas donde instalan sus nidos, principalmente en cornisas y techos exteriores, el avión común, un ave de la familia de las golondrinas, es capaz de ingerir 30 gramos de insectos, por lo que su presencia es «beneficiosa».

Así lo entiende la organización no gubernamental de protección a la fauna DEMA, que considera que “los daños son casi insignificantes si lo comparamos con los beneficios que nos suponen”, según su portavoz, José Antolín.

De hecho, una campaña del Ayuntamiento de Almendralejo y el grupo conservacionista DEMA busca la colaboración ciudadana para permitir que aumenten las colonias del avión común en la ciudad, pues se trata de una especie de pájaro protegido.

Antolín ha lamentado que son muchas las personas que destruyen los nidos de estos pájaros por el hecho de que colocan sus nidos en las cornisas de las viviendas.

Antolín ha advertido de que, a pesar de que provocan algo de suciedad los excrementos de estos pájaros, son muchas las ventajas de tener cerca a estas aves porque comen insectos.

Los cálculos apuntan a que un solo avión común ingiere diariamente unos 30 gramos de insectos, “imaginemos sin fueran cien aviones, son tres kilos de insectos”.

Ello ha hecho que en la ciudad se concentren las colonias en algunos edificios públicos, como la Escuela de Idiomas, donde se encuentran unos 270 nidos; además de un bloque de pisos en la calle Alfonso X.

“Es un beneficio desde el punto de vista sanitario y hay que mirarlo desde el punto de vista de la salud” frente a mosquitos que pueden transmitir enfermedades como el mosquito tigre o mosquito del Nilo. “Esa es la faceta de esta criatura y el hecho de que necesitamos protegerlos”, ha aseverado Antolín. EFE

1010443