El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, ha realizado un balance de la atípica Feria de San Miguel, la primera que celebra la ciudad desde mayo de 2019, y ha avanzado su propuesta de mantener ambas ferias, la tradicional de mayo y la de San Miguel en septiembre aunque esta última en un formato mucho más reducido.

Se ha expresado así a preguntas de los medios este lunes por la valoración de esta feria, que tuvo que alargar sus jornadas debido a la lluvia y a petición de feriantes y promotores musicales.

«Nos gustaría mantener San Miguel y se mantendrá de alguna forma. Y queda por saber el formato. Como feria de día», ha aclarado.

Según el regidor, el gobierno local sí quiere mantenerla porque será «un revulsivo» para la ciudad, pero queda en el aire saber si la feria de septiembre volverá a contar con el despliegue de atracciones y puestos en el recinto hípico.

«Hay que valorarlo, porque estamos todavía haciendo números del coste», ha subrayado sin dar cifras concretas del importe que ha supuesto San Miguel, dado que se ha ampliado una semana más.

El primer edil sí ha concretado que hay un déficit de 50.000 euros entre lo que el consistorio ingresa por las tasas que cobra a los feriantes y el gasto en servicios de horas extras de Policía Local, limpieza y autobuses.

Los propios feriantes, satisfechos con el balance de la feria, también han trasladado a Salaya esa petición de mantener ambas ferias (en mayo y septiembre) con presencia de atracciones y puestos en el recinto hípico, una petición que está en el aire.

«Tendría que ser una feria chica, más pequeña que la tradicional de San Fernando en mayo», ha argumentado el alcalde, quien ha señalado que «todo tiene un precio» y que habría que estudiar la viabilidad y el equilibrio financiero: «organizar unas cosas supone, a veces, renunciar a otras».

No obstante, ha reconocido el buen balance de la feria en septiembre y que, por tanto, «con un formato u otro», Cáceres apostará en 2022 por recuperar su feria grande (en mayo) y la chica (en septiembre); algo que no ocurría desde finales de los 80. EFE