La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales comienza en esta jornada  la inoculación de la tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19 a residentes de centro de mayores.

En lo que va de quinta ola han fallecido 71 usuarios de residencias, los tres últimos en las pasadas 24 horas, una mujer de 88 años, de la residencia del Grupo Ciudad Jardín (Cáceres); un hombre de 89 años, de Nuestra Señora de la Soledad en Badajoz, y un varón de 86 años de la residencia de Puebla de Alcocer.

Además, la pasada semana, el consejero extremeño de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, se mostró a favor de «acompasar» la vacunación de la tercera dosis contra la de la gripe.

Como informó este medio, el vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Fernando Moraga-Llop, recomienda que los mayores de 80 años con o sin patologías asociadas sean el siguiente grupo que reciba la tercera dosis contra la covid-19 para reforzar su inmunidad.

En una entrevista con Efe, Moraga-Llop señala que esta población que sufre el fenómeno de la inmunosenescencia, cambios en el sistema inmunitario que le predispone a infecciones, es el grupo «más justificado para una tercera dosis», máxime cuando la incidencia acumulada de este colectivo a 14 días por 100.000 habitantes es de las más altas de España (100,5), por detrás de los menores de 11 años y prácticamente a la par con el grupo de 12 a 19.

No obstante, el vicepresidente de la AEV considera que más allá de terceras dosis hay un tema «más trascendente» y es la vacunación a nivel mundial.

«Por muy protegidos que estemos con dosis de recuerdo si no está vacunado un alto porcentaje de la población mundial en cualquier momento puede llegar una variante que se escape de las vacunas y derivar en una situación grave», explica.

Según Moraga-Llop, hasta el momento se ha optado por revacunar a los mayores que viven en residencias geriátricas por dos temas: son personas que van perdiendo inmunidad con los años y viven en situación de riesgo, al compartir el día a día con gente de su edad.

Ese experto, que prefiere hablar de dosis adicionales que de terceras dosis, añade que en el caso de personas con inmunodepresión grave se les vuelve a pinchar porque con dos dosis no hicieron una buena respuesta «y por tanto su pauta completa son tres dosis».

Otro concepto diferente precisa es el de la vacuna de refuerzo para quienes sí han tenido una buena respuesta con la pauta normal pero «con el tiempo han perdido anticuerpos y, por tanto, necesitan una vacuna de recuerdo».

Sobre la vacuna Janssen, que fue concebida como monodosis, Moraga-Llop recuerda que el laboratorio cuando presentó el suero ya comentó que estaba haciendo un ensayo clínico en un régimen de dos dosis.

Ya que la efectividad de una sola es del 81 por ciento y con dos como pauta definitiva, se podría acercar al 90 por ciento.

Recuerda el experto que ha habido brotes en centros penitenciarios donde se vacunó a los presos con Janssen lo que hace pensar que, a partir de ahora, sería más conveniente administrar dos pinchazos.

Respecto a la obligatoriedad de vacunar a trabajadores sanitarios o cuidadores de residencias, este experto sostiene que la vacunación debería ser «obligatoria o condición indispensable» para seguir en esos puestos «porque están trabajando con personas de riesgo y cualquier posibilidad de transmitir una infección puede tener riesgos fatales».

Y sobre la vacunación de los más pequeños, Moraga-Llop asegura que Pfizer y Moderna anunciarán los resultados de sus ensayos con menores de 12 años antes de que acabe el año, posiblemente en octubre.

En principio se comunicarán los resultados del grupo de 6 a 11 años y posteriormente el de la franja que va de 6 meses a 5 años.

En el momento en que se tengan esos ensayos habrá que valorar la seguridad de la vacuna, la eficacia en el grupo y el momento en el que se está de la epidemia para tomar la decisión de si vacunar a los menores es mayor beneficio que riesgo.