Municipios como el de Serradilla (Cáceres) y algunas formaciones políticas, como Unidas por Extremadura, achacan a los desembalses llevados a cabo por Iberdrola la aparición de lodos flotantes malolientes y putrefactos en el río Tajo a su paso por el Parque Nacional de Monfragüe.

El propio consistorio de Serradilla ha tomado muestras de los lodos en las aguas del embalse de Alcántara y las ha remitido a un laboratorio. Del resultado de los análisis dependerá si inicia medidas judiciales y exige responsabilidades vía tribunales, como ha explicado su alcalde, Francisco Sánchez Vega.

No es la única institución que ha tomado muestras. El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) también lo ha hecho y recopila datos e información para determinar el origen y las causas de estos lodos putrefactos.

El volumen de agua del embalse de Alcántara ronda el 44 %, casi 15 puntos por debajo al que ofrecía el pasado año por estas fechas, y el de Valdecañas, otro de los afectados por los desembalses y también adscrito al Tajo, está al 25 %.

En un prisma político y administrativo, la propia consejera de Transición de la Junta, Olga García, ha asegurado que el Gobierno extremeño no comparte la gestión realizada por Iberdrola en los embalses extremeños, «pero eso no quiere decir que se hayan cometido delitos».

La Administración extremeña ha trabajado con el Gobierno central para que se modifique la Ley de Aguas y las confederaciones hidrográficas puedan introducir criterios de utilización racional de los recursos hídricos y evitar desembalses masivos como los ocurridos este verano en Valdecañas o Alcántara.

«Los desaciertos en la gestión de los desembalses no debe volver a producirse bajo ningún concepto», han manifestado desde la Junta, que ha recordado que ya reclamó al Estado, que es el competente en esta materia, la interrupción de desembalses en Valdecañas, Alcántara, La Serena y Cíjara.

Por su parte, el Grupo Parlamentario Popular en el Senado ha ya registrado la solicitud de comparecencia ante la Comisión de Transición Ecológica del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Alfonso Morán, para explicar las razones por las que se han producido vaciados de embalses al objeto de producir energía.

Por contra, Iberdrola ha negado que la gestión de las centrales hidroeléctrica que opera en la Cuenca del Tajo sea la causa de la aparición de conchas en la superficie del agua en la cola del embalse de Alcántara, en la provincia de Cáceres.

La compañía eléctrica ha subrayado que no ha realizado ningún vertido ni ninguna otra gestión que haya podido motivar este fenómeno, cuya aparición es ajena a su gestión, y recuerda que el Tajo es un río sometido a una gran presión demográfica que, sumado a otras causas ajenas a la gestión hidroeléctrica, «como es la utilización de fertilizantes, provoca que el agua contenga una gran cantidad de materia orgánica».

«Navegar con una embarcación turística por el río Tajo en primera está prohibido, pero secar el río Tajo en verano y convertirlo en un vertedero putrefacto está permitido», ha denunciado el alcalde de Serradilla.