Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Subsector de Tráfico de la Comandancia de Cáceres, en el marco de la campaña que llevan a cabo durante los meses de la recogida de tomate, para controlar los vehículos de transporte de esta hortaliza, han interceptado un vehículo articulado, en cuyo remolque llevaba varias cubas cargadas de tomates, en muy mal estado, vertiendo líquido y tomates a la vía, ocasionado con ello un grave peligro a los demás conductores, siendo sancionado su conductor.

En uno de los controles establecidos por el Subsector de Tráfico,  en el entorno de la autovía A5,  próximo a la localidad cacereña de Miajadas, interceptaron un vehículo articulado transportando varias cubas cargadas de tomates, las cuales presentaban múltiples agujeros por los que el líquido del tomate se derramaba directamente a la vía, las cintas de sujeción de las cubas en mal estado o mal colocadas, además se apreciaba la pérdida de parte de los tomates sobre la vía y mala estiva de la carga, lo que podría original el desequilibrio del vehículo.

Tras la detección de todas estas anomalías, la Guardia Civil procedió a sancionar al conductor del vehículo, las cuales perjudican y pueden ocasionar un grave perjuicio para los demás conductores, conllevando una sanción que puede oscilar entre los 200  y 500 €, así como la pérdida entre 4 y 6 puntos.

El Subsector de Tráfico de la Comandancia de Cáceres, con motivo de la campaña del tomate por su extenso cultivo en la región y por la existencia de varias fábricas transformadoras, este fruto es transportado desde su lugar de cultivo a estas fábricas en camiones por las diferentes vías de comunicación, siendo necesaria la vigilancia de los vehículos de transporte, así como la vigilancia y las condiciones de la carga, con el objeto de garantizar la seguridad de los demás usuarios de las vías de comunicación.

Cabe destacar que donde más incide la Guardia Civil en este tipo de vehículos, es en las cubas metálicas porta-tomates, ya que muchas de ellas presentan deficiencias o exceden en su peso, lo que origina que la hortaliza caiga a la vía, así como los serios problemas de corrosión, que permiten que el líquido procedente de la presión de la hortaliza se derrame sobre la calzada, provocando con ello el deslizamiento de otros vehículos que transitan por la vía, pudiendo llegar a ocasionar graves accidentes.